México aún está limitado para el Internet de las Cosas

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El desarrollo del Internet de las Cosas en México aún se encuentra restringido, no sólo por las limitaciones de conectividad, su falta de infraestructura y su reducida industria de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), sino también por el tipo de tecnología móvil a la que los usuarios tienen acceso.

De acuerdo con la consultora The CIU, la idea de contar con una variedad de dispositivos interconectados presenta para México el reto de alcanzar un alto nivel de conectividad, ya que tecnologías como Bluetooth, Wi-Fi, y la Banda Ancha Móvil, entre otras, serían los habilitadores de las múltiples conexiones entre objetos y dispositivos.

El Internet de las Cosas, subraya, también depende de que las redes sean de última generación, es decir, que garanticen una veloz y confiable transmisión de datos y voz, características que idealmente cumplen las redes a partir de 4G.

The Competitive Intelligence Unit (CIU) añade que para hacerlo se requiere del despliegue de infraestructura, situación que AT&T tiene en la mira si se consideran sus más recientes planes de inversión anunciados.

En México, la distribución de tecnologías móviles identifica que la mayoría de usuarios (92.7 por ciento) se encuentra en 2/3G, con servicios GSM/Edge, iDEN, CDMA y UMTS. Por otro lado, una menor proporción (7.3 por ciento), se encuentra en tecnologías más avanzadas como HSPA+ y LTE.

El siguiente reto está en el cómputo, pues los objetos por conectar deben incluir procesadores, módems, capacidades de reconocimiento de gestos, entre otros.

En opinión de la consultora, también se requiere interoperabilidad, es decir, que para desarrollar el potencial del Internet de las Cosas, es necesario que los objetos se conecten entre sí, sin importar plataformas o tecnologías.

“Esto último, sugiere un reto implícito, acuerdos entre los diferentes actores de la industria, a saber, operadores, manufactureros de dispositivos, fabricantes de procesadores, desarrolladores de software, entre otros”.

Explica que el desenvolvimiento del uso de internet como una red de comunicación global pasa por tres etapas. La primera se vivió cuando, en los años noventa, los usuarios tuvieron acceso a esta tecnología de forma comercial mediante el uso de computadoras personales.

La siguiente es la definida por la conectividad móvil, acompañada de la expansión de mercados de teléfonos inteligentes y tabletas.

FInalmente, la tercera fase posee la singularidad de la conectividad en todos los objetos, es decir, el Internet de las Cosas.

“Autos que se conducen por sí solos, refrigeradores que detectan la falta de algún alimento, focos que reconocen cuando el hogar está vacío y ciudades con sistemas eficientes de distribución de agua y electricidad, todos conectados a la red, forman parte de esta etapa”.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) reconoce que la conectividad de los objetos implica la infraestructura mundial de la sociedad de la información, que ofrece servicios avanzados interconectando cosas (físicas y virtuales) utilizando las tecnologías de la información y la comunicación compatibles existentes y en evolución.

NTX

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