Del total del número de solicitudes para patente generadas en este país, sólo 10 por ciento de ellas son de mexicanos, señaló la catedrática Rosario Ruiz Durán.
Agregó que la cultura de la propiedad intelectual es útil para incentivar el desarrollo del país y combatir la pobreza, de ahí la importancia de extenderla en las instituciones de educación superior.
La académica, que imparte la clase de Propiedad Intelectual en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) añadió que los mexicanos tienen como característica su gran capacidad creativa en gastronomía, arte, mecánica y electrónica, entre otras áreas.
Aunque, dijo, estas potencialidades son poco aprovechadas, tanto en beneficio propio, como de la sociedad, en comparación con lo que ocurre en otros países.
‘Casi no generamos patentes, las que se solicitan en territorio mexicano provienen del extranjero’, manifestó.
Destacó la necesidad de que México genere sus propias patentes en productos farmacéuticos, ya que su costo es pagado a los países que las desarrollaron.
Subrayó que la propiedad intelectual se divide en derechos de autor y propiedad industrial. La primera abarca la protección de toda la creatividad en obras, música, pintura, interpretación de obras, escenografías, además de artículos científicos.
La segunda, precisó, se refiere a todos los signos distintivos que existen, entre ellos las marcas, ‘la obtención de derechos de autor para una obra artística o la protección de una marca, evita que alguien se aproveche de una idea y la copie para obtener ganancias’.
NTX
