Innovador medio de cultivo generaría más probióticos
Las investigadoras del ITESO, Raquel Zúñiga y Laura Arias, desarrollaron un medio de cultivo eficiente y económico que permitirá a la industria alimentaria enriquecer sus productos con microorganismos benéficos para la salud.
Ambas investigadoras han perfeccionado un nuevo medio de cultivo para que esas bacterias se reproduzcan de manera óptima y a un costo menor del que se maneja en la industria alimentaria, siendo el más común el MRS (las siglas de Man, Rogosa y Sharpe, los apellidos de sus inventores).
Zúñiga, doctora en Biotecnología de Alimentos y académica de la Licenciatura en Ingeniería de Alimentos del ITESO, dijo que están presentes en toda clase de alimentos: bebidas, chocolates, complementos alimenticios, yogures, comida para animales, panes, fórmula para bebés, helados o barras de cereal.
Agregó que las bacterias probióticas, ingrediente principal de los llamados alimentos probióticos que contienen microorganismos vivos que si se consumen en las cantidades adecuadas y de manera regular, cumplen desde el intestino una importante labor en el cuerpo humano.
Es decir, señaló, ayudan a prevenir enfermedades, fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y hasta prevenir y combatir ciertos tipos de cáncer.
“Durante un año nos dedicamos a ver cuáles eran los nutrientes y las condiciones que necesitaban esos microorganismos (cepas) para crecer de una manera más óptima y menos costosa”, apuntó.
Zúñiga comentó que ella y su colega, Laura Arias, eligieron un par de microorganismos para trabajar: el Bifidobacterium animalis y la Lactobacillus plantarum.
Explicó que su medio de cultivo ya ha solicitado la patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), bajo el nombre de ‘Composición de medio de cultivo para favorecer el desarrollo y crecimiento de los microorganismos probióticosLactobacillus plantarum y Bifidobacterium animalis’.
Por su parte, Arias, quien tiene una Maestría en Nutrición y Biotecnología Alimentaria y es profesora de la misma carrera en el ITESO, expresó que “nuestra labor fue identificar cuáles son específicamente las condiciones de crecimiento y los nutrientes que necesitan los dos microorganismos”.
Destacó que el suero de leche, un producto nocivo para el medio ambiente que los productores de queso y otros lácteos suelen desechar en enormes cantidades, fue la base del medio de cultivo creado por ellas.
Para ello contaron con la colaboración del investigador de la Universidad de Guadalajara, José Pablo Torres, en el análisis estadístico de los resultados.
“Al suero le añadimos otros nutrientes que buscamos que fueran económicos, porque en la industria existen medios de cultivo ya aprobados, pero que están formulados químicamente y son muy caros”, subrayó la especialista.
Precisó que este es un medio de cultivo más sencillo, económico y diseñado específicamente para cada una de las dos cepas.
Esos domingos por la mañana en el laboratorio y esas noches de desvelo en pleno semestre al pensar cómo integrar los nutrientes y minerales que enriquecieran a los microorganismos.
“El suero de leche ya trae nutrientes específicos para esos microorganismos, que son su alimento ideal, pero faltaban algunos en cantidad y nosotras se los adicionamos para crear un medio de cultivo más completo”, afirmó.
El trabajo llevado a cabo por las académicas forma parte del proyecto del biorreactor que han diseñado académicos del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales universidad.
Ambos proyectos contaron con fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y esperan que en un par de años, ya tengan su patente en orden y la industria pueda aprovechar al máximo ambas invenciones.
Este nuevo medio de cultivo representa a lo que se puede obtener cuando universidades y gobiernos invierten tiempo y dinero en la investigación científica multidisciplinaria, un rubro insustituible para los países en desarrollo, como México.
Precisamente en esta línea, el próximo año Arias y Zúñiga esperan colaborar en un proyecto con un grupo de investigadoras de la Universidad Laval, en Quebec, Canadá.
NTX
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