Estudian en la FES Cuautitlán valor nutracéutico de la chía

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Investigadores del Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán estudian el valor nutricional y farmacéutico de la chía para incrementar su uso comestible y fomentar su siembra en territorio nacional.

Los encargados de la investigación son María Gabriela Vargas Martínez, en colaboración con María Andrea Trejo Márquez, de la FES Cuautitlán, y José Alfonso Hernández Gómez, de la Universidad Autónoma Chapingo, quienes trabajan en la caracterización de las prolaminas presentes en distintas variedades de esa semilla.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) precisó que el objetivo principal de la línea de investigación es establecer la “huella dactilar” de la herbácea para obtener los innumerables beneficios de la chía.

Recordó que la salvia hispánica o chía es una planta nativa de México, se empleó como parte de la alimentación diaria durante la época prehispánica y fue un elemento imprescindible en los tributos aztecas, los cuales cada año comprendían numerosas toneladas de chía.

Sin embargo su uso y cultivo fue suspendido por la llegada de distintos cereales a partir de la conquista española, refirió en un comunicado.

Señaló que la semilla sobrevivió en algunas áreas montañosas, concentradas en Acatic, Jalisco, donde se rescató su producción y actualmente es exportada a Estados Unidos, Japón y algunos países europeos.

En la última década se incrementó su consumo debido a sus propiedades nutrimentales, ya que está compuesta de 19 a 23 por ciento con proteína de mejor calidad y más digerible que otros granos convencionales; mientras que de 32 a 39 por ciento se constituye de ácidos grasos omega 3, valiosos para el ser humano.

Además es rica en calcio, hierro, potasio, vitamina C, fibra y antioxidantes, más que los alimentos que destacan por dichas propiedades.

Por esas características es conocida como un “nutracéutico”, término que deriva de la combinación de las palabras nutrición y farmacéutico y que define a los comestibles que proporcionan beneficios medicinales, previenen enfermedades y, a su vez, complementan los tratamientos.

El equipo de investigadores plantea la identificación y cuantificación de los fenoles, prolaminas y ácidos grasos presentes en las diversidades de la chía para utilizarlos posteriormente como un patrón de clasificación del genotipo de cada especie vegetal.

“Es trascendental estudiar cultivos ancestrales e investigar si sus propiedades nutricias aportan beneficios a nuestra salud, con el propósito de reincorporarlos a los platillos”, puntualizó María Gabriela Vargas Martínez, encargada del Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos.

Refirió que en la industria alimentaria esos comestibles han provocado una revolución, porque son naturales y se encuentran libres de pesticidas.

“El consumo de la chía nos ofrece un lindero de posibilidades, incluso con un impacto positivo en el sector agrícola nacional, que se vería favorecido si su demanda interna se incrementara; también por la ganancia económica de mercados extranjeros que explotan bienes mexicanos, además sería una solución tangible ante los problemas de desnutrición en zonas rurales.”, agregó.

NTX

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