Científicos de Querétaro desarrollan pintura autolimpiable

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Con la finalidad de proteger superficies de casas habitación, edificios o monumentos históricos, así como evitar la entrada de agentes patógenos a las viviendas aprovechando la energía solar, investigadores de la carrera de nanotecnología de la pintura-autolimpiableUniversidad Autónoma de Querétaro (UAQ) diseñaron un recubrimiento autolimpiable a base de componentes nanoestructurados.

La profesora investigadora del área de Nanotecnología de la UAQ, Karen Esquivel Escalante, explicó que se trata de un recubrimiento parecido a una pintura que, por efecto de la luz solar y la humedad del ambiente, va limpiando de manera eventual cualquier mancha que se encuentra adherida en una superficie, que puede ser porosa o lisa, piedra natural, cemento o mortero.

“En este proyecto trabajan también los profesores investigadores Eduardo Arturo Elizalde Peña y Carlos Guzmán Martínez, todos nosotros de la carrera de nanotecnología de la Facultad de Ingeniería de la UAQ. Este recubrimiento es un material nanoestructurado que se sintetiza en el laboratorio a base de dióxido de titanio (TiO2) y se modifica con diferentes metales para darle una tonalidad específica —si el cliente lo quisiera—, y conforme se va modificando, cambiamos sus propiedades para que se active con la luz del sol”, destacó.

Beneficios para la salud y medio ambiente

Esquivel Escalante puntualizó que este recubrimiento autolimpiable ofrece también una barrera de protección contra agentes patógenos que se encuentran en el medio ambiente, lo que permitiría mejorar las condiciones de la calidad del aire dentro de los hogares, en especial, cuando existen entre sus habitantes problemas respiratorios o personas que son propensas a infecciones.

Karen Esquivel y Eduardo Elizalde.
Karen Esquivel y Eduardo Elizalde.

“Este recubrimiento autolimpiable ofrece, además de la eliminación de cualquier mancha generada por la contaminación o el vandalismo, una protección contra microorganismos que se llegaran a pegar en las superficies; estamos hablando de microorganismos patógenos, virus como el de la gripe, coliformes o incluso fecales. Algo que hay que destacar también es que este recubrimiento puede ser aplicado en superficies ubicadas en zonas donde existe una gran concentración de humedad, en las que se llega a generar moho y algas en las paredes”, abundó.

Por su parte, el profesor investigador de nanotecnología de la UAQ, Eduardo Arturo Elizalde Peña, destacó que otro de los objetivos del diseño de este recubrimiento fue contribuir a la estética de las construcciones en las ciudades, por lo que se trabaja en superficies que históricamente han sido utilizadas en las construcciones no solo de edificios o casas habitación, sino también monumentos históricos que por cuestiones climatológicas o de la contaminación —principalmente el esmog que producen los automóviles—, suelen ser afectados.

“Actualmente trabajamos con cantera rosa, que es la que se trabaja en esta región y que suele mancharse mucho porque, dadas sus características, suele absorber manchas orgánicas. Casi todos los contaminantes son de naturaleza orgánica, entonces el recubrimiento lo que hace es eliminarlos, los va degradando, los deshace y los residuos ya no se quedan ahí. Básicamente lo que hace es ir quitando las propias manchas a través de los efectos del sol, que además es una energía que no nos cuesta. Este recubrimiento no se desprende, se puede tocar y no deja residuos. Es también para mantener la estética de las construcciones, el esmog que generan los autos también mancha, pero con este recubrimiento se van limpiando eventualmente”, finalizó.

Agencia Informativa Conacyt

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