Científica obtiene polímeros con desechos de camarón
Una profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrolló un bioproceso para obtener polímeros y otros productos de alto valor agregado a partir de desperdicios de crustáceos.
El proyecto de la doctora Keiko Shirai Matsumoto busca desarrollar mejoras de proceso para obtener quitina y quitosano, así como para generar nuevas industrias que proporcionen derramas económicas.
La patente fue denominada “Reactor estático y procedimiento para la extracción de quitina, proteínas, calcio y pigmentos a partir de desperdicios de camarón en base húmeda mediante fermentación láctica utilizando Lactobacillus plantarum”.
En una entrevista para la Agencia Informativa del Conacyt, Shirai Matsumoto comentó que en la actualidad se instala una planta piloto en la Unidad Iztapalapa para mostrar los desarrollos científicos y tecnológicos de la UAM en la temática de desperdicios orgánicos.
La investigadora trabaja con desperdicios de camarón desde hace casi 20 años y desde hace dos fue asignada responsable del espacio donde se encuentra la planta.
Gracias al apoyo del Fondo Sectorial de Innovación (FINNOVA) de la Secretaría de Economía (SE) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), desde octubre de 2014 se trabaja en la instalación de la planta.
“Esto abrirá una gama de oportunidades, pues ahora se logrará desarrollar el proceso a una escala de 500 kilogramos a una tonelada. Tener una planta en una infraestructura que es fácilmente escalable permite que los empresarios tengan mayor grado de confianza para que puedan invertir en el proyecto”, dijo.
“La finalidad de este tipo de proyectos adscritos al FINNOVA es concretar la comercialización de los desarrollos científicos que se llevan a cabo; en este caso es montar la planta piloto que sirva como medio para facilitar la comercialización de la tecnología”, agregó.
La quitina es un polisacárido de gran abundancia en la naturaleza. Uno de sus derivados es el quitosano, el cual se obtiene a través de la desacetilación, de acuerdo con información de la UAM que cita la agencia del Conacyt.
Los principales usos de la quitina y el quitosano son en industria agrícola, cosmética, alimentaria, biomedicina, entre otras.
“Mediante un tratamiento termomecánico y biotecnológico podremos obtener biopolímeros sin el empleo de ningún químico”, explicó la doctora, al detallar el proceso que se pondrá en marcha a partir de septiembre de este año, ya con toda la maquinaria instalada.
“Durante estos procesos los principales agentes que actúan como catalizadores de todos los cambios en el desperdicio son microorganismos y sus enzimas”, agregó.
El empleo de tratamientos termomecánicos permite estabilizar los desperdicios, evita la putrefacción y ayuda a la purificación posterior de diversos compuestos de interés comercial, detalla la agencia del Conacyt.
Una de las ventajas que ofrece el bioproceso desarrollado por Shirai Matsumoto es que usa poca agua y reduce el empleo de reactivos químicos en un proceso no tóxico, lo que permite que no haya límites para el tipo de aplicación que se puede dar a los productos.
“La UAM tiene la característica de ser reconocida como una de las instituciones con un grupo pionero en estudios de métodos biológicos para la extracción de quitina a partir de desperdicios de crustáceos”, refirió Shirai Matsumoto.
La especialista forma parte de uno de estos grupos enfocados a la investigación de la quitina y quitosano.
“Fue en 1996 cuando inició el estudio de la extracción de quitina a partir de los residuos de crustáceos, cuando ya en otros países llevaban décadas haciéndolo”, expuso.
Una de las más grandes satisfacciones que este proyecto le dio a la doctora es que formó varios investigadores que en la actualidad trabajan en diferentes centros y universidades a nivel nacional.
NTX