Ya son cuatro los neonazis suecos que se han incorporado al batallón Azov, la tristemente famosa unidad nacionalista que lucha en Ucrania. El escuadrón ondea banderas con símbolos nazis y, según algunos militantes suecos, busca “una Ucrania blanca”.
Azov es el nombre que utliza el batallón especial que congrega a simpatizantes neonazis en Ucrania. Está compuesto por unos 300 efectivos, entre ellos varios soldados voluntarios provenientes de toda Europa. La unidad es reconocida por el gobierno de Ucrania, sin embargo, no obedece al ejército nacional y reporta a los jefes de los partidos ultranacionalistas. La gran paradoja de su existencia es que el batallón, manchado de sangre hasta los codos, es patrocinado por Ígor Kolomóiski, un multimillonario ucraniano de orígen… judío.
Cuatro militantes suecos son parte del batallón. El francotirador Mikael Skillt es uno de ellos, informa el rotativo sueco ‘The Local’.
“Ellos no están luchando por una Ucrania democrática”, aclaró Antón Shejovtsov, politólogo ucraniano que investiga los movimientos de extrema derecha en Europa, en su entrevista a ‘Sveriges Radio’. “Su visión de Ucrania es crear una dictadura fascista”.
El comandante del batallón, Andréi Belitski, también es uno de los líderes la Asamblea Social Nacional, la cual tiene como uno de sus objetivos poner fin a las “perversiones sexuales y el contacto entre las razas”.
Skillt, miembro de Svenskarnas Parti (‘partido de los suecos’ con raíces neonazis), está de acuerdo con el establecimiento de una Ucrania fascista. “Mi objetivo es una Ucrania blanca”, dijo Skillt al diario ‘Svenska Dagbladet’ la semana pasada. “Yo soy nacionalista y quiero que en Europa haya europeos blancos”.
La Policía Nacional de Suecia también confirmó la presencia de militantes suecos en las tropas que luchan a favor del Gobierno en Kiev.
“No sabemos exactamente cuántos suecos están luchando en Ucrania, pero sabemos que hay varios”, señaló el superintendente de la Policía, Sören Clerton.
Shejovtsov, por su parte, advirtió que el batallón Azov no quedaría satisfecho con la simple derrota de la milicia popular en el sureste ucraniano. El analista recordó que la ultraderecha ucraniana ha estado detrás de varios ataques en contra de las minorías étnicas y sexuales en Kiev. También expresó su preocupación sobre la posibilidad de que las fuerzas representadas por la unidad de Azov pueden bloquear la construcción de una Ucrania democrática.
Sus temores parecen confirmarse por las declaraciones de Skillt, el soldado sueco quien denominó a la lucha en Ucrania como “una guerra de razas”.
“Todo ello puede sentar las bases para algo mucho más grande”, advierte Shejovtsov, añadiendo que “no descarto que caiga el Gobierno de Kiev”.
RT