Primer anticonceptivo masculino no hormonal y reversible en México
Uno de los principales descubrimientos para el avance en el desarrollo de un anticonceptivo masculino no hormonal y reversible tuvo su origen en México. El doctor Alberto Darszon Israel, investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM y miembro del Seminario Permanente Las Ciencias y las Tecnologías en México en el Siglo XXI fue el primero en describir un componente de la parte exterior de los espermatozoides o células reproductivas que son los canales iónicos. Gracias a ellos hay intercambio de sustancias químicas que influyen en la capacidad del espermatozoide para moverse y fecundar.
Hasta entonces, los canales iónicos sólo estaban identificados en otro tipo de células, pero una investigación de Darzon Israel permitió descubrirlos en los espermatozoides, a pesar de que son células muy pequeñas y con movilidad. Sus hallazgos son una base para inhibir el intercambio de sustancias químicas que ocurre a través de la membrana, y así evitar que los gametos o células reproductivas masculinas fecunden a un óvulo.
“Existe la necesidad de contar con estrategias diversas de control de la natalidad, hasta el momento no hay un anticonceptivo masculino reversible que sea efectivo y seguro”, explicó el doctor Darzson Israel.
El trabajo realizado en México tiene que ver con el cruce o paso vertiginoso de los iones a través de la membrana de la célula reproductiva masculina. Los iones son esencialmente sustancias químicas con carga eléctrica que están dentro y fuera de la membrana celular y que pueden atravesar esa membrana gracias a desequilibrios en las cargas. Cuando los iones cruzan la membrana, la célula puede intercambiar información con su entorno y con otras células. Darszon estudió este proceso específicamente en la membrana de los espermatozoides.
“Llevamos muchos años tratando de entender cómo se mueven diferentes sustancias a través de la membrana del espermatozoide y creemos que tenemos pistas para poder llegar a un inhibidor específico que pueda interrumpir su capacidad para fecundar”, dice el bioquímico egresado de la UNAM y con estudios en la Universidad de California en San Diego (UCSD).
Entre las funciones que reconoció el doctor Darzon sobre los canales iónicos en el espermatozoide se encuentran el de la movilidad que le permite llegar al óvulo, así como durante la fecundación existe un intercambio con la membrana plasmática del óvulo. En ese proceso los movimientos iónicos también juegan un papel clave, que de encontrar algún bloqueador que interviniera en cualquiera de esos procesos tendría buenas posibilidades de evitar la concepción.
Inhibir los cambios de concentración iónica, es decir los cambios de concentración de sustancias químicas con carga eléctrica dentro y fuera de la membrana del espermatozoide podría entonces impedir ciertos procesos celulares. En eso trabaja Darszon actualmente.
“Exactamente esa es la idea del anticonceptivo. Para que el espermatozoide pueda encontrar al óvulo, se requiere de un procesamiento de información química en la capa externa del óvulo. El diálogo entre el óvulo y el espermatozoide, depende de cambios en la permeabilidad. Si nosotros encontramos un compuesto que bloquea el funcionamiento de ese canal, esa decodificación de la información se va a estropear y entonces el espermatozoide no va a poder encontrar al óvulo”, contó el bioquímico en una aproximación muy general a su trabajo.
AGENCIAS