Por segunda vez, “El Chapo” Guzmán se fugó de la cárcel

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CIUDAD DE MÉXICO (Reuters).- El capo más importante del narcotráfico mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán , se volvió a fugar de una cárcel de máxima seguridad en México, según informó la Comisión Nacional de Seguridad de ese país.

Las autoridades detectaron por las cámaras de seguridad que Guzmán se aproximó al área de duchas del penal federal del Altiplano, en el Estado de México, ayer a las 20.52 hora local. Pero cuando lo perdieron de vista, fueron a chequear su celda y comprobaron que estaba vacía.

“Por lo anterior, se ha desplegado un operativo de localización en la zona y en las carreteras de los estados circunvecinos”, informó la dependencia en un comunicado.

Las autoridades también suspendieron los vuelos en el aeropuerto de Toluca, como parte del operativo para recapturar a Guzmán, que se escapó de una cárcel por segunda vez en 15 años.

El narcotraficante, sobre el que se han escrito canciones y que es admirado por muchos en su natal estado de Sinaloa, había sido capturado en México en febrero del año pasado después de pasar más de una década prófugo, en una rotunda victoria para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Llevando las riendas del Cártel de Sinaloa, “El Chapo” se convirtió en uno de los mayores traficantes de cocaína a Estados Unidos, extendiendo su imperio a varios continentes. Por su captura se llegaron a ofrecer millonarias recompensas.

Ahora la fuga de Guzmán es un duro revés para el gobierno de Peña Nieto, que llegó al poder en el 2012 prometiendo acabar con la violencia del narcotráfico, que ha cobrado más de 100.000 vidas en los últimos ocho años.

Guzmán fue arrestado por primera vez en 1993 en Guatemala y confinado en la cárcel de máxima seguridad La Palma, en el Estado de México, para cumplir una condena por delitos contra la salud, asociación delictiva y cohecho.

Dos años después, fue trasladado a la prisión de Puente Grande, en Jalisco, desde donde escapó en el 2001 gracias a una minuciosa operación en el que “El Chapo” salió del penal escondido entre la ropa sucia en un carro de lavandería.

Las fuerzas de seguridad lo recapturaron en la ciudad costeña de Mazatlán, en su estado natal, después de una larga persecución hasta por el sistema de drenaje de la localidad.

La cárcel de El Altiplano forma parte de las leyendas carcelarias mexicanas. En sus 27.000 metros cuadrados se mezclan desde el alcalde Iguala, José Luis Abarca, hasta criminales como Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, líder de los Caballeros Templarios; el despiadado Edgar Valdez Villarreal, La Barbie; Héctor Beltrán Leyva, El H, o Miguel Ángel Félix Gallardo, El Padrino, el padre de los grandes narcos, incluido El Chapo. De sus rejas, jamás se había escapado ningún reo. Considerado inexpugnable, el penal está sometido a vigilancia excepcional y, al menos en apariencia, impone a los presos un intenso control. Este hecho ha motivado episodios como la carta firmada en febrero pasado por todos los grandes capos en la que se que se quejaban de sus “indignas e inhumanas” condiciones.

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