IPN elimina células tumorales de cáncer de mama sin dañar las normales

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El ingeniero químico Eduardo San Martín y el investigador Juan Maldonado, del Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA) del IPN Unidad Legaria, pondrán a prueba en este mes de enero del 2016, su tratamiento de cáncer de mama con nanopartículas de plata y con fitofármacos en seres vivos, tras lograr una exitosa aplicación in vitro.

Ante el panorama ilustrado recientemente por el Instituto Nacional de Cancerología que advierte que al día 15 mexicanas mueren por causa del cáncer de mama y en el mundo, cada minuto perece una mujer víctima del mismo mal, el éxito de los estudios de los científicos politécnicos sobre células cancerosas y su tratamiento –con nanopartículas de plata por un lado y con fitofármacos por otro–, representan no solo “una responsabilidad científica, sino un compromiso humano”.

“A veces me llaman personas en la desesperación porque algún pariente está desahuciado, enfermo de cáncer; más que un compromiso académico sentimos que tenemos que dar ya una respuesta a la sociedad”, explicó San Martín Martínez, tras reconocer que el medio ambiente, marcado por el estrés, la radiación y la contaminación, “induce a la regeneración anormal de las células lo que deriva en células tumorales, si son benignas no hay problema, pero si resulta en cáncer, ya debemos tener respuestas”.

En el laboratorio los científicos politécnicos ha recurrido a la nanotecnología para crear un tratamiento que eliminaría efectos colaterales de otras terapéuticas como la quimioterapia, frente a la reacción natural de los sistemas digestivo e inmune que, ante a estos fármacos, “no discriminan las células normales de las células tumorales y atacan todo. El sistema inmune se deprime ante la guerra que se desata entre el propio sistema inmunológico y los fármacos; las células normales también se desploman y eso genera depresión, alopecia, vómitos y todos los efectos que no son deseables”, puntualizó el Dr. San Martín Martínez.

Las nanocápsulas empleadas (transportadoras de fitofármacos o nanoparticulas de plata) están diseñadas con un direccionamiento “activo” donde la nanotransportación va directo a la célula tumoral sin afectar a las celular normales. “Hasta el momento no hemos tenido efectos negativos en células sanas, aunque el tratamiento aún está a prueba”, indicaron los científicos del IPN.

En las pruebas que arrancarán en este enero del 2016, se tratará –por un lado– a ratonas a las que se les ha inducido cáncer, con nanopartículas de plata, un elemento cuyos iones son usados como bactericidas desde épocas ancestrales. Cabe recordar que en 2013 y 2015, los científicos del IPN causaron revuelo en revistas científicas internacionales con esta vertiente que se podrá suministrar por vía oral o intravenosa, para que, al llegar al torrente sanguíneo, pueda hallar y destruir a las celular cancerosas.

Maldonado y San Martín comentaron que, dado su crecimiento irregular, las células cancerosas tienen paredes con mayor “permeabilidad”, que pueden ser penetradas por las nanopartículas hasta el interior del tejido tumoral. La nanopartícula de plata estaría encapsulada en un polímero para ser direccionada sin ser reconocida por el sistema inmune (que siempre reacciona con anticuerpos frente a los antígenos para eliminarlos); una vez que llega al tejido tumoral, las células cancerosas están ávidas de energía por lo que empezarán a destruir la capsula nanotransportadora y con ello, se liberará la nanopartícula de plata con la que empezará a destruirse a la célula tumoral.

Con esta misma aplicación se explorará por otra parte, el tratamiento con los fitofármacos (con extractos de plantas medicinales) para tratar el cáncer, explicaron los científicos del IPN.

“México tiene una biodiversidad envidiable con más de 25 mil especies botánicas; solo hay datos sobre 5 mil y en materia de investigación científica, los estudios son escasos. En la tradición popular se conoce a la cancerina (Semialarium mexicanum), al cuachalalate (Amphipterygium adstringens), a la hierba del cáncer (Acalypha arvensis), a la hierba del sapo (Eryngium carlinae), al muicle (Justicia spicigera) y al tejocote (Crataegus mexicana), las cuales se sanitizan, se secan y se muelen para poder extraer sus compuestos, que después son concentrados”, explicaron.

Los científicos del IPN han elegido a plantas potenciales para obtener la extracción que ya se probó en las líneas celulares más agresivas de cáncer de mama. “La respuesta de la dosis de esos extractos es muy semejante a un fármaco que se llama taxol –que procede de un árbol— y que ya se usa en hospitales en los Estados Unidos; estamos probando si nuestras plantas nacionales actúan como el taxol”.

“En enero del 2016 empezaremos los estudios en ratonas a las que se ha inducido el cáncer para probar el efecto que ya se obtuvo in vitro. El ratón no será sacrificado pues esperamos ver que después del tratamiento y la eliminación de las células tumorales no haya rebote. El tratamiento con humanos conllevará más años”, apuntó San Martín Martínez, al explicar que se dará seguimiento a los protocolos establecidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para poder liberar un fármaco, pero se estima que en los años 2020 México ya contará con nuevos medicamentos.

El taxol procede de un árbol que tarda 25 años en crecer y del que solo se obtienen cinco gramos del fitofármaco con el cual no se puede tratar a un paciente; en el caso de las plantas mexicanas analizadas, de 10 kilos se ha logrado obtener solo un gramo que no es suficiente para el tratamiento de una sola persona. “Lo que buscamos es sintetizar el fitofármaco en un compuesto a partir de su síntesis química”, explicaron los científicos del IPN.

“Nosotros nos apoyamos con el respaldo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia (Conacyt) y esperamos seguir siendo favorecidos en el 2016. No hay moñitos para apoyar a enfermos de cáncer de colon, de próstata, o de pulmón, pero al tener recursos para buscar nuevos tratamientos para el cáncer de mama, sabemos que estos podrán funcionar para otros tipos de cáncer. Hay una necesidad angustiosa de hallar respuestas frente el cáncer y por ahora avanzaremos frente al cáncer de mama”, finalizaron los científicos del IPN.

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