Experta alerta sobre enfermedades transmitidas por alimentos

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Por su vulnerabilidad biológica frente a los microorganismos contenidos originalmente en el agua y en los desechos orgánicos, los niños, las embarazadas y los ancianos son los más propensos a Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).

La coordinadora delegacional de Nutrición y Dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco, Rosa Iselda Yáñez Neri, explicó que bacterias como la shigella, la salmonella y el vibrio cholerae pueden tener consecuencias fatales.

Sobre todo, en etapas como la gestación o debido a ciertas debilidades físicas relacionadas con la edad, por ejemplo el atrofio de glándulas sudoríparas en adultos mayores e igualmente por hábitos de conducta en los infantes, como la manipulación de objetos contaminados, detalló.

La especialista agregó que el desarrollo de enfermedades de ese tipo es también factible en individuos con un sistema inmunológico debilitado a causa de males crónico-degenerativos, como es el caso de la diabetes, cuya incidencia es muy alta en el país.

El cuadro clínico de las ETA, caracterizado por diarrea, vómito, sed excesiva y en situaciones extremas deshidratación, pueden evitarse si se realizan procedimientos que limiten el crecimiento y la sobrevida de microbios en los alimentos, sin hacer a un lado la importancia del lavado de manos.

Hay cinco claves para mantener inocuos los alimentos, enfatizó: la primera busca promover la limpieza personal, de áreas y utensilios de cocina, así como desinfectar las manos antes y durante la preparación de los platillos, sobre todo si la persona va al sanitario.

Aunque podría parecer poco importante, es preciso lavar y desinfectar permanentemente las superficies y los equipos usados, lo mismo que proteger alimentos y áreas útiles de la cocina frente a plagas de insectos u otro tipo de fauna nociva, subrayó.

Dentro del segundo campo de acciones consideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se toma en cuenta la separación de alimentos crudos y cocinados, es decir las carnes rojas, de aves o pescado sin cocción, del resto de la despensa.

Yáñez Neri recomendó manipular cada clase de alimento con un utensilio diferente, de modo que no se corte carne cruda con el mismo cuchillo con el que se sirve el platillo. Al momento de almacenar deberán clasificarse lo crudo y lo cocido en recipientes separados.

La tercera clave para evitar Enfermedades de Transmisión por Alimentos es cocinar bien los alimentos, poniendo especial atención en la carne, sea cual sea su origen. La temperatura ideal son los 70 grados centígrados, cuando los jugos ya son claros y no de tonos rosados.

La temperatura, indicó, es vital en temas culinarios, por eso el cuarto punto a considerar es no dejar alimentos a temperatura ambiente durante más de dos horas, refrigerar lo antes posible lo cocinado y lo perecedero, mantener los guisos calientes antes de servir y no descongelar a temperatura ambiente.

La doctora Rosa Iselda Yáñez destacó que para conservar la salud es vital usar agua segura, clorada o yodada, así como seleccionar alimentos sanos y frescos.

También recomendó elegir productos procesados para su inocuidad, como la leche pasteurizada, cuya fecha de caducidad se debe respetar; lavar bien frutas, verduras y hortalizas.

NTX

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