Autoridades tunecinas vigilaban a uno de los atacantes del museo
El primer ministro de Túnez, Habib Essi, señaló hoy que los servicios de inteligencia de su país habían estado vigilando a uno de los dos atacantes que provocaron la muerte de 23 personas, entre ellos 18 extranjeros, en el Museo del Bardo.
Habib Essi dijo a a la estación francesa RTL Radio que los servicios de seguridad habían seguido a uno de los atacantes, Yassine Laabidi, pero no estaban al tanto de “nada concreto”, o de cualquier vínculo con grupos extremistas conocidos.
La sede del Museo Nacional del Bardo amaneció este jueves rodeada de alambre de puas y las fuerzas de seguridad custodiaban las principales vías de la capital, mientras que las autoridades están en la búsqueda de dos o tres personas involucradas en el ataque.
El Ministro de Salud de Túnez, Said Aidi, señaló que el número de muertos en el ataque al museo aumentó a 23 personas, entre ellas 18 turistas extranjeros, y cinco tunecinos, que incluye a los dos terroristas abatidos.
Moncef Hamdoun, un funcionario del hospital Charles Nicolle, donde fueron enviadas muchas de las víctimas, dijo que siete de los muertos permanecen sin identificar.
Dos o tres cómplices, probablemente tunecinos, siguen en libertad, señaló un portavoz del Ministerio del Interior.
Los turistas asesinados en el ataque incluyen a visitantes de Japón, Italia, Colombia, Australia, Francia, Polonia y España, dijeron las autoridades, mientras la comunidad internacional repudió la masacre.
Las autoridades reportaron más de 40 personas heridas, entre turistas y tunecinos, indicó la cadena de noticias Al Yazera.
Por su parte, el presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi, afirmó que su país estaba “en una guerra contra el terror”.
“Esas minorías monstruosas no nos asustan”, dijo en declaraciones difundidas por la televisión nacional.
“Vamos a resistir hasta el final sin ninguna misericordia. La democracia va a ganar y va a sobrevivir”, precisó.
En el momento del ataque, los diputados en el parlamento, lugar cercano al museo, donde se refugiaron los atacantes, discutían una legislación antiterrorista.
Muchos tunecinos salieron a las calles del centro de Túnez para protestar contra el ataque, agitando banderas y velas en la zona exterior del museo.
Notimex