Al menos dos arrestos se registraron durante la tercera noche consecutiva de protestas realizadas por la comunidad de San Diego contra la presunta brutalidad con la que policías dieron muerte a un afroamericano el martes pasado.
Las protestas se desarrollaron en el área conocida como El Cajon, misma donde la policía tiroteó mortalmente a Alfred Olango, originario de Uganda y residente del lugar que sufría de problemas mentales.
Después de que algunos de los manifestantes causaron destrozos a una patrulla, las autoridades declararon la dispersión del área y detuvieron a dos de ellos por negarse a cumplir la orden.
Entre 50 y 75 manifestantes se congregaron la víspera y detuvieron vehículos, rompieron vidrios de autos y golpearon a un motociclista en la intersección de Broadway y la avenida Mollison.
De acuerdo al departamento de Policía de El Cajon (ECPD, por sus siglas en inglés) un fotógrafo del San Diego Union Tribune fue asaltado y golpeado por un grupo de manifestantes que se molestó por haberlos filmado.
En otro momento los manifestantes arrojaron botellas de vidrio a agentes de la policía, que respondieron con gas lacrimógeno.
Familiares de Olango, quien tenía 38 años y en el momento del incidente mostró una actitud errática y se colocó en posición de simular disparar a los agentes, han denunciado la brutalidad policiaca y han llamado a protestas de unidad y pacíficas.
La policía confirmó que, tras caer herido, Olango solo tenía en su poder un dispositivo para fumar enervantes.
Olango era un refugiado de Uganda, quien huyo de su país junto con su familia para escapar de la violencia que se registra en aquella nación.
Alrededor de 300 manifestantes participaron en protestas el martes y miércoles para denunciar el tiroteo y sumarse a una nueva protestas en el país contra la brutalidad policiaca.
NT
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