El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha rubricado la parte económica del acuerdo de asociación con la Unión Europea. El documento -1.200 páginas que incluyen normas para todo tipo de intercambios comerciales- quedó sin firmar el pasado mes de noviembre cuando el entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, renunció adherirse a él a última hora por las presiones de Rusia. Aquella negativa fue el catalizador de unas revueltas en las que han muerto más de un centenar de ucranianos y ha supuesto el fin de la era de Yanukovich.
“Los intentos de imponer a Kiev una elección artificial entre Rusia y Europa fue lo que impulsó a la sociedad ucraniana a la división y a una dolorosa confrontación interna “, ha dicho esta mañana el presidente ruso, Vladimir Putin, que ha denunciado que es la población civil la que más sufre en este pulso. “En el sudeste del país contemplamos un derramamiento de sangre, tiene lugar una catástrofe humanitaria, decenas de miles de refugiados se ven obligados a buscar asilo en Rusia, se persigue a los periodistas y violando todas las convenciones se ataca a diplomáticos, como pasó en la embajada de Rusia en Kiev y el consulado en Odessa”, ha explicado el presidente ruso.
El Gobierno de Ucrania había propuesto una tregua, pero los combates apenas se han detenido estos días. Kiev ha prometido una “respuesta dura” a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania si no aceptan deponer las armas a pocas horas de que expire el alto el fuego declarado por el presidente Petro Poroshenko hace una semana. El plazo concedido por el Gobierno ucraniano para el cese de los combates entre los insurgentes y las tropas ucranianas expira hoy a las 22.00 hora local, las 21.00 hora peninsular española.
Firma histórica
Respecto al documento rubricado hoy, la parte política fue suscrita el pasado marzo, y Poroshenko afronta esta nueva etapa con el recién nombrado jefe de la diplomacia ucraniana, Pavel Klimkin. Sin embargo, los principales problemas siguen estando en el frente interno. En el este del país muchas empresas dependen de clientes de Rusia, y algunos ciudadanos creen que sus productos no podrán ser competitivos en el mercado europeo, o el menos no tanto como lo han sido en las viejas repúblicas de la URSS.
La firma del acuerdo provocará “consecuencias” en las relaciones comerciales entre Kiev y Moscú, según advirtió el embajador ruso en la UE, Vladimir Chizhov, en referencia a los aranceles y las inspecciones con las que se lastrarán las exportaciones ucranianas a Rusia.
Además, Moscú ha dicho que tomará más medidas de represalia en el caso de que se vea afectado por el programado acuerdo Kiev-UE. En Ucrania hay un apoyo mayor a una entrada en la UE que a permanecer en la vieja órbita soviética, pero existe un profundo temor a que la asociación con la UE hinche los precios de los productos.
Para muchos el modelo a seguir es Polonia, que se unió a la Unión Europea en 2004 y actualmente es cuatro veces más rica que Ucrania. Pero Ucrania es mucho más dependiente de Rusia tanto en plano comercial como en el energético, y buena parte de la población del este se siente más identificada con el liderazgo de Moscú que con el de Occidente.