Sobrevive a masacre por no querer ser sicario de los Zetas

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“Trabajen para nosotros como sicarios por 1000 dólares a la semana”, fue la oferta de los integrantes de una célula de Los Zetas en agosto de 2010 a un grupo de migrantes en San Fernando, Tamaulipas, y ante la negativa de sumarse al grupo criminal, la gente del cártel los asesinó.

Un hondureño de la masacre de San Fernando narró los momentos en que 74 migrantes de distintas nacionalidades fueron privados de la libertad y 72 de ellos ejecutados al rechazar la propuesta de integrarse a la filas de Los Zetas.

Los Zetas, que surgieron como el brazo armado del Cártel del Golfo (CDG), fundaron su propia organización delictiva y se enfrentaron a ex compañeros por las plazas y rutas de trasiego de drogas en Tamaulipas, por lo que necesitaban reclutar sicarios para incrementar su poder de fuego, pusieron la mira en los migrantes centroamericanos.

El levantón

El 21 de agosto de 2010, alrededor de las 22:00 horas, un grupo aproximado de 74 personas migrantes de diversas nacionalidades, que viajaban a bordo de dos camiones de la marca Ford con placas de Veracruz rumbo a Reynosa, a la frontera norte de México. Los “polleros” que conducían los vehículos les dijeron que se bajaran de las unidades.

“En el camino nos informaron que había un retén al parecer de militares. Por ese motivo, nos dijeron que bajáramos de ‘las trocas’ y continuáramos el viaje caminando para rodear el lugar en donde se encontraba el retén, los 74 migrantes caminamos una hora veinte minutos hasta que llegamos a un lugar del cual no recuerdo el nombre, en donde abordamos nuevamente ‘las trocas’ que nos esperaban sobre la carretera”, relató el ciudadano hondureño.

Kilómetros más adelante fueron interceptados y retenidos por hombres armados en las inmediaciones del municipio de San Fernando, Tamaulipas.

“…fuimos interceptados por un grupo de personas que viajaban en cuatro vehículos nuevos color gris, de cuatro puertas, vidrios polarizados con placas de Tamaulipas, y una camioneta color blanca tipo van con placas de Texas, aunque no recuerdo el número de placas, ninguno de los vehículos tenía alguna característica particular, aunque solamente las nueve personas bajaron de los vehículos y nos interceptaron, quiero manifestar que todos vestían de mezclilla, con chalecos antibalas, y con fornituras en la cintura, usaban armas de nueve milímetros, algunas tipo AK-47, y como de francotirador que nos apuntaban con un tipo láser color rojo”, refirió.

El ciudadano hondureño detectó que entre los captores había dos hombres que tenían un acento de voz diferente al de los mexicanos, similar al de los centroamericanos, tal vez salvadoreños o guatemaltecos.

“Bajaron a los conductores de las trocas, amarrándoles las manos, los separaron del grupo y les preguntaron que para quién trabajaban, pero como los choferes no respondieron, los golpearon con la culata de las armas, los subieron a un vehículo”, describió.

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