La compra de dispositivos electrónicos como tabletas, computadoras, smartphones y gadgets en cada regreso a clases se vuelve una necesidad, lo que desata preocupación por la falta de restricción en la conectividad digital de escuelas, y conduce a problemas de seguridad tanto para el usuario como para los colegios.
El ciberacoso es un tipo de hostigamiento que se da a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que se puede definir como una agresión intencional por parte de un grupo o un individuo, usando formas electrónicas de contacto repetidas veces contra una víctima.
Por su parte, el sexting es un término en inglés que se usa para referirse al acto de enviar mensajes explícitos de contenido erótico o sexual desde alguna TIC.
De acuerdo con la empresa de seguridad informática Bitdefender, el ciberacoso está presente en 30 por ciento de los usuarios de 13 y 14 años y en niños menores de 10 años.
Por lo general, las víctimas que son más propensas a sufrir este tipo de acoso son alumnos que presentan síntomas de ansiedad, somatizaciones, retraimiento y dificultades para establecer relaciones sociales, o aquellos que no cuentan con amigos cercanos.
Asimismo, factores como la debilidad física, sobrepeso, utilizar gafas, la cultura, orientación sexual, estado socio-económico y religión, entre otras, refiere la firma en un comunicado.
Las consecuencias pueden ir desde la ansiedad, estrés, miedo, baja autoestima, nerviosismo, irritabilidad y hasta el suicidio.
Ante ello, Bitdefender considera que la forma de contener este tipo de acoso debe ser holística, e involucrar al Estado, los centros educativos, a los alumnos y padres de familia.
Una educación oportuna sobre el uso correcto de las TIC, aunado a un marco legislativo preciso sobre el tema y una comunicación eficiente en el seno familiar, puede prevenir a los niños de ser víctimas de esta clase de ataques.
NTX
