Se extiende “grave” inseguridad alimentaria en Yemen

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Una gran parte de Yemen, 19 de un total de 22 provincias, se enfrenta a una situación de grave inseguridad alimentaria, advirtió hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Más de la mitad de la población de ese país africano vive en niveles de “crisis” o “emergencia” de inseguridad alimentaria, con algunas provincias en las que hasta 70 por ciento de su población tiene dificultades para alimentarse.

Al publicar una evaluación conjunta de la ONU y sus socios, la FAO señaló que al menos siete millones de personas -una cuarta parte de los habitantes del país- viven en niveles de “emergencia” de inseguridad alimentaria (Fase 4 en la escala gradual de 5 niveles de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases -CIF-).

Ello supone un aumento de 15 por ciento desde junio de 2015. Otros 7.1 millones de personas se encuentran en situación de “crisis” (Fase 3).

“Los resultados de la CIF muestran con claridad la enorme magnitud de la crisis humanitaria en Yemen”, señaló Jamie McGoldrick, coordinador humanitario de la ONU en Yemen.

“Se trata de una de las peores crisis en el mundo y sigue empeorando. El conflicto ha tenido graves consecuencias para el país y su población, y ha incrementado la vulnerabilidad generalizada y prácticamente destruido los mecanismos de supervivencia de las familias”, añadió.

Entre la principales causas de la inseguridad alimentaria figuran la escasez de combustible y las restricciones a las importaciones, que han reducido la disponibilidad de productos alimentarios básicos en el país, que importa alrededor del 90 por ciento de sus alimentos.

Las importaciones de alimentos y combustible en marzo de 2016 llegaron a su nivel más bajo desde octubre de 2015 y tan sólo cubrieron el 12 por ciento de las necesidades de combustible.

Los precios internos del trigo, por su parte, eran entre un 12-15 por ciento más altos en mayo de 2016 en relación con los niveles anteriores a la crisis, a pesar de que los precios del trigo han bajado en los últimos meses a nivel mundial.

La escasez de semillas y fertilizantes ha paralizado la producción agrícola en todo Yemen, donde cerca del 50 por ciento de la población se gana la vida en el sector de la agricultura y en actividades relacionadas.

Dos ciclones en noviembre de 2015, sumados a las inundaciones y plagas de langosta en abril de 2016, asolaron aún más a comunidades ya en dificultades, limitando su capacidad de producir y acceder a los alimentos.

“Logramos proporcionar apoyo a las provincias más afectadas en estas difíciles condiciones, pero el conflicto en curso, el desplazamiento de población y el acceso limitado a las tierras de cultivo y las zonas de pesca siguen provocando importantes pérdidas a la agricultura y poniendo en peligro los medios de vida de los campesinos”, advirtió el representante de la FAO en Yemen, Salah El Hajj Hassan.

Alrededor de tres millones de niños menores de cinco años y mujeres embarazadas o lactantes requieren ayuda para tratar o prevenir la malnutrición aguda, señaló el informe citando datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La malnutrición aguda global alcanza niveles alarmantes en la mayoría de las provincias del país, llegando al 25.1 por ciento en Taiz y al 21.7 por ciento en Al Hodeidah.

Las mismas zonas han visto un notable descenso en la pesca tradicional, con un 75 por ciento en Taiz y Al Hodeidah. En otras provincias, las actividades de pesca se han reducido a la mitad en comparación con 2014.

El análisis conjunto de la CIF es el resultado de semanas de recopilación de información por una asociación de organismos de Naciones Unidas.

Entre ellos UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ONG’s, bajo la dirección del programa de Sistemas de Información sobre Seguridad Alimentaria (SISA), financiado por la Unión Europea (UE), y el ministerio yemení de Planificación y Cooperación Internacional.

NTX

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