Perfil del migrante se modificó con el tiempo, señala investigador

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Hace unos años, los migrantes eran en su mayoría hombres de entre 17 y 35 años que viajaban solos o en grupo al norte del país para trabajar como jornaleros agrícolas en Estados Unidos, en las capitales de otros estados o en la ciudad de México.

En la actualidad, esa dinámica evolucionó, pues es cada vez más frecuente la migración temporal o permanente de núcleos familiares completos, aseguró el investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Germán Martínez Velasco.

Si bien, se estudia de manera profusa el fenómeno migratorio en la frontera norte, se necesita investigar los flujos migratorios desde su origen y buena parte de éstos comienzan en la frontera sur, mencionó el sociólogo.

Por eso, dijo, de acuerdo con un comunicado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que “Chiapas es el laboratorio por excelencia para el estudio de la migración, sobre todo debido por las interacciones transfronterizas”

El investigador añadió que otros estados, como Tabasco, Campeche y Quintana Roo, también tienen su propia dinámica en relaciones sociales y migración, pero en ningún lado es tan intensa y compleja como en Chiapas.

Martínez Velasco refirió que desde los primeros estudios hechos por el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (CIES) -que fue el antecedente del Ecosur- se sabe que la Lacandona fue colonizada por inmigrantes tseltales, tsotsiles y ch’oles en los años 50.

A estos movimientos internos, provocados por desplazamientos forzosos por conflictos de carácter político, religioso o de posesión de tierras, se les sumó un entorno regional conflictivo.

Como el que se experimentó en Guatemala a principios de la década de los años 80, con la crisis de los refugiados, recordó.

Así que “Chiapas no sólo es el escenario de movimientos migratorios internos, también es el lugar de llegada de una serie de flujos de población centroamericana de diversa naturaleza”, resaltó.

“Está el flujo tradicional de los trabajadores de las fincas cafetaleras que lleva ya más de 100 años y, por otra parte, otros movimientos de trabajadores que cruzan desde acá con la idea de llegar hasta los Estados Unidos”, añadió.

El investigador aseguró que diversos son los motivos para migrar, pero la mayoría de los estudios coinciden en que todos tienen una raíz económica, ya sea por la búsqueda de mejores oportunidades de estudio, trabajo o subsistencia.

Así como por desastres naturales, para escapar de situaciones de violencia debido a conflictos de carácter político, social o religioso, o bien una mezcla de dichos factores.

Refirió que el creciente control de las fronteras no impidió el advenimiento de crisis humanitarias, como la protagonizada a mediados de 2014.

En esta fecha se registró la detención masiva de 51 mil niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados procedentes del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) así como de México en diferentes puntos de la frontera con Estados Unidos.

“El fenómeno no es nuevo, pues desde 2009 la cifra de menores migrantes no acompañados ha crecido exponencialmente”, agregó.

NTX

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