La ultracontrolada pesca del atún rojo

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El atún rojo (‘thunnus thynnus’) es una de las pescas más controladas en el mundo entre el Atlántico este y el Mediterráneo, un caso que se ha convertido en un ejemplo.

El atún rojo, es “el rey”, dice un pescador francés.

En extremo migrante, es el más grande de los atunes, puede pesar hasta 400 kilos y cruzar océanos, adaptándose a las profundidades como a las temperaturas.

Viene en periodos de reproducción a las aguas cálidas del Mediterráneo, donde se le pesca.

Su carne es muy codiciada por los japoneses. Y el 80% de los atunes capturados por los grandes barcos dedicados a su pesca parten a Japón, después de haberlos engordado en lugares especiales del Mediterráneo para responder de mejor manera al gusto del consumidor.

El resto, surgido de pescas artesanales, se vende en los mercados -el atún del sushi vendidos en Europa es generalmente albacore, variedad de atún tropical que no es atún rojo-.

El atún rojo atlántico, que se pesca en el Mediterráneo y el Atlántico norte, se consume principalmente en Japón, donde se vende a precio de oro para ser cocinado como sushi y sashimi.

Al menos las dos terceras partes del atún rojo capturado en el Mediterráneo, la principal zona de pesca, se exporta a Japón, según los científicos.

En el mercado de Tokio, un ejemplar de buena calidad de entre 200 y 300 kilos de peso puede llegar a venderse por entre 20.000 y 30.000 euros. La mayor parte de las empresas de engorde ubicadas en el Mediterráneo son cofinanciadas por firmas japonesas.

El atún rojo atlántico, cuyo nombre científico es ‘thunnus thynnus thynnus’, es una especie distinta del atún rojo del Pacífico y del austral y no tiene nada que ver con otras especies de atún que se utilizan para el envasado, como el atún blanco, el albacora o el listado.

Se distinguen dos variedades: el que vive en el Mediterráneo o en el Atlántico este, y el que se desarrolla en las costas americanas y en el Golfo de México.

– Pesca ultracontrolada –

En el Atlántico este y en el Mediterráneo, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA) aplica desde 2007 una cuota de pesca y medidas de control con plazo de 15 años, frente a la bajada dramática de la mayor reserva de atún rojo en el mundo y la amenaza de que el ‘thunnus thynnus’ sea agregado a la lista de la ONU de las especies amenazadas.

Las redes derivantes y la utilización de aviones para registrar los bancos fueron prohibidos; el periodo de pesca con red fue reducida a un mes por año y se detiene antes si se alcanzan las cuotas y se limita a los pescados de más de 30 kilos (8 kilos para los pescadores con línea, que tienen un 10% de cuota). Los pescadores con red embarcan un observador de la CICAA y pueden ser localizados.

La CICAA fija de esa manera una cuota para el atún rojo en el Atlántico oeste.

En septiembre, Estados de Asia-Pacífico decidieron, a propuesta de Japón, reducir a la mitad la pesca de atunes jóvenes rojos (‘thunnus orientalis’) en su región.

La initiativa, inédita, fue tomada por la Comisión de pescas del Pacífico occidental y central (equivalente de la CICAA en la región), después de la publicación de un estudio independiente que muestra el desplome de las reservas.

Respecto a la situación del tercer tipo de atún rojo, el del hemisferio sur, es “catastrófica”, subraya Sylvain Bonhommeau del Ifremer (Instituto de investigación sobre el mar).

Una situación global que hace temer a las ONG y a los científicos una presión mucho más fuerte a favor de la reanudación activa de la pesca en el Mediterráneo.

 

AFP

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