La nuez estimulante que es una amenaza para la salud
Es utilizada por casi una décima parte de la población mundial. Da a la gente una sensación equivalente a seis tazas de café y se utiliza indistintamente como un símbolo de amor, de matrimonio y una cura para la indigestión y la impotencia.
Pero también está llevando a decenas de miles de personas a una muerte temprana.
Hablamos de la nuez asiática de betel, o nuez de areca.
Encontrada a través de Asia, este fruto seco es cosechado de la palma de areca y se mastica por sus propiedades estimulantes.
Tal es su eficacia, que se cree que, junto a la nicotina, el alcohol y la cafeína, las nueces de betel son una de las sustancias psicoactivas más populares.
El fruto seco es especialmente popular entre los hombres en edad productiva, que lo mastican para permanecer despiertos a través de largas horas de conducción, pesca o labores en obras de construcción.
Pero los beneficios de corta duración tienen un costo terrible.
Las altas tasas de cáncer oral están destruyendo la vida de muchos consumidores, a menudo sólo décadas después de su primera experiencia.
En Taiwán, donde el fruto seco se conoce popularmente como “la goma de mascar de Taiwán”, el gobierno está tomando medidas para frenar este hábito de siglos de antigüedad y reducir las miles de vidas perdidas cada año.
Combinación peligrosa
La nuez de betel es una parte clave de muchas culturas asiáticas y se puede consumir seca, fresca o envuelta en un paquete conocido como quid.
Aunque la preparación exacta varía según los países y las culturas, el quid es generalmente una mezcla de hidróxido de calcio, hoja de betel y aromas como el cardamomo, la canela y el tabaco.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer enumera cada ingrediente, con la excepción de cardamomo y canela, como agentes cancerígenos.
El hidróxido de calcio también conocido como cal apagada es visto como un problema particular ya que causa cientos de pequeñas abrasiones en la boca que son un posible punto de entrada para muchos de los productos químicos que causan cáncer.
“Alrededor de la mitad de los hombres no saben que las nueces de betel pueden causar cáncer oral”, dice Hahn Liang-Jiunn, especialista en cáncer oral del Hospital Nacional de la Universidad de Taiwán.
“[Esto a pesar] de que la incidencia o tasas de mortalidad por cáncer oral de Taiwan sitúan al país entre los dos o tres primeros del ranking mundial”.
“Porque todos los demás lo hacían”
Como la mayoría de la gente, Qiu Zhen Huang, de 54 años, no era consciente de los riesgos.
Ex trabajador de una empresa de grava, masticó nuez de betel durante diez años. Veinte años después de dejar el hábito desarrolló la enfermedad.
“Empecé a mascar nuez de betel porque todos en el trabajo lo hacían”, dice Qiu.
“Lo compartíamos con los demás para tener buenas relaciones”.
Qui Zhen-huang advierte sobre los peligros de mascar nuez de betel.
Hace tres años, se le desarrolló un pequeño agujero en la mejilla izquierda y en sólo tres meses el tumor creció hasta el tamaño de una pelota de golf y cambió por completo su vida.
“Cualquier cosa que comía salía para fuera. Tenía una gasa tapando el hueco. Me dolía”, dijo.
“Me afectó mucho. Estaba tan avergonzado que evitaba salir”.
Cada año, 5.400 hombres de Taiwán como el Qiu son diagnosticados con cáncer oral o lesiones precancerosas y se estima que entre 80 a 90% mastican nueces de betel.
Un síntoma temprano incluye lesiones blancas o rojas dentro de la boca, pero puede progresar rápidamente a tumores grotescos.
A diferencia de otros tipos de cáncer, estos son difíciles de ocultar, lo que deja a los afectados física y psicológicamente devastados.
“Es triste para ellos”, dice Hahn.
“A veces, incluso después de la cirugía, no pueden realizar funciones básicas como la expresión de emociones a través de su cara, porque la mandíbula inferior también tiene que ser cortada dependiendo de la magnitud del cáncer”.
La lucha contra el flagelo
Por suerte para Qiu Zhen-huang, su cáncer fue tratado y su mejilla reconstruida.
Pero, el gobierno de Taiwán está ayudando a las personas a detectar la enfermedad mucho antes, proporcionando alrededor de un millón de exámenes gratuitos y programas de financiación para ayudar a las personas a abandonar el hábito.
El gobierno de tailandia está ofreciendo subsidios para talar los árboles de palma de areca.
En 2013, estas medidas contribuyeron a reducir el consumo entre los hombres casi a la mitad.
El gobierno también está tratando de reducir la oferta interna de las nueces de betel, ofreciendo subsidios a los agricultores para talar sus árboles y cultivar plantas alternativas.
Otros países, como India y Tailandia también han lanzado campañas para desalentar el hábito de mascar nuez de betel.
Pero todavía hay mucho camino por recorrer.
En una reciente presentación a niños de primaria, hijos de trabajadores de la industria pesquera, casi todos levantaron la mano cuando se les preguntó si sus padres o familiares masticaban nueces de betel.
Y como el cáncer puede tardar hasta 20 años en aparecer, los cambios actuales han llegado demasiado tarde para muchas personas.
“Yo soy uno de los más afortunados”, dice Qiu.
BBC Mundo