El ser humano pudo volverse monógamo debido a las enfermedades de transmisión sexual

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A menudo, las tradiciones de índole religioso o moral no son más que la reacción de un grupo de seres humanos a un problema que no tiene nada de espiritual. La monogamia puede ser un buen ejemplo. Un grupo de investigadores acaba de concluir que los primeros seres humanos no eran monógamos. Adoptaron ese comportamiento por necesidad.

El cambio tuvo lugar hace miles de años, cuando las primeras comunidades de seres humanos comenzaron a adoptar la agricultura en lugar de vivir como cazadores-recolectores. Dos investigadores de la Universidad de Waterloo y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva han estudiado el impacto de las enfermedades de transmisión sexual y han llegado a una conclusión interesante: La adopción de la monogamia está ligada a enfermedades como la clamidia, la gonorrea o la sífilis.

Según el estudio, los primeros grupos de seres humanos eran polígamos, pero la costumbre fue desapareciendo hasta que la monogamia se convirtió en una norma prácticamente universal salvo en algunas culturas. Chris Bauch y Richard McElreath han creado una simulación computerizada que muestra la evolución de una comunidad de entre 30 y 300 seres humanos durante un período de 30.000 años.

Tribu Huli, en Indonesia y Papúa (Nueva Guinea). Foto: Jimmy Nelson
Tribu Huli, en Indonesia y Papúa (Nueva Guinea). Foto: Jimmy Nelson

Al introducir los efectos de enfermedades de transmisión sexual en el modelo y ejecutar más de 2.000 simulaciones, Bauch y McElreath constataron que las comunidades que practicaban la poligamia sencillamente se extinguían. La razón es que la propia práctica hacía que las enfermedades de transmisión sexual se volvieran endémicas. Ello no solo aumentaba la mortalidad, sino que reducía la esperanza de vida y aumentaba los problemas de infertilidad.

Por el contrario, las comunidades que adoptaban la monogamia seguían creciendo y prosperando. Los investigadores, que acaban de publicar su modelo en la revista Nature Communications, creen que aquellos primeros pobladores probablemente adoptaron la monogamia como una forma de mantener a raya estas enfermedades. Bauch y McElreath también explican que las comunidades que mantenían una monogamia más estricta son las más exitosas con el paso del tiempo. Es muy probable, según los autores, que las propias comunidades acabaran penalizando la poligamia o creando sus propias leyes al respecto.

El modelo ha suscitado algunas críticas que argumentan que el ser humano ya era esencialmente monógamo en esa época y que la poligamia era una costumbre muy poco común. Los autores se proponen investigar más comportamientos sociales para tratar de entender las posibles variables biológicas que intervienen en ellos, incluso actualmente.

The Guardian

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