“El comienzo del tiempo” retrata a pensionados
En Europa y Estados Unidos el envejecimiento de la población es considerado una bomba de tiempo para el sistema de pensiones. En países como México, la bomba parece haber estallado ya por la informalidad del sector laboral y la mayor vulnerabilidad económica, una situación retratada en la película “El comienzo del tiempo” del director Bernardo Arellano.
“La cuestión era hablar de dos temas principales: uno es los ciclos de la vida y las generaciones que se van sucediendo unas a otras; y otro era hablar un poco del contexto político y social que se vive”, dijo Arellano el sábado por la noche tras la presentación de su película en el Festival Internacional de Cine de Morelia. La cinta es uno de los 12 largometrajes en competencia.
Según la encuesta “Ahorro y Futuro: ¿Cómo viven el retiro los mexicanos?”, publicada en 2013 por la Asociación Mexicana de Afores —la cual reúne a las empresas privadas encargadas de invertir el ahorro para el retiro de los trabajadores_, el 41% de los jubilados sigue trabajando por necesidad económica y el 41% de los ancianos no cuenta con suficientes recursos para mantenerse económicamente.
“La pensión, como dicen en la película, pensamos que se va a llevar a cabo un día, lo cual no va a ser fácil para muchos, muchos jóvenes porque las cosas están cambiando tanto, que es difícil para todos y triste además, muy triste, por eso yo la hice con gusto”, dijo la actriz Bertha Ramírez, quien tenía 83 años al momento de filmar la cinta, la primera de su vida.
“El comienzo del tiempo” retrata la historia de Antonio y Bertha, una pareja de ancianos olvidados por sus hijos que en medio de una crisis económica dejan de recibir su pensión y se ven obligados a encontrar la manera de sobrevivir y no pasar hambre. Ellos no son los únicos ancianos de la película. De hecho, el elenco está compuesto casi en su totalidad por personas mayores.
“Es como un sueño del que yo no quisiera nunca despertar. Me di cuenta que nunca es tarde para aprender, nunca es tarde”, dijo a The Associated Press Ramírez, ahora de 85 años, quien nunca había actuado antes en una película. El señor Antonio Pérez, quien interpreta a su marido, tiene ahora 92 años.
“Hicimos un casting enorme con el apoyo del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el DF (Distrito Federal, la capital mexicana) y vimos más de 300 adultos mayores y de ahí seleccionaron los que salieron en la película”, dijo a AP la productora April Shannon. “Todos son actores no profesionales, pero para nosotros son actores”.
Mientras que Bertha y Antonio tienen que trabajar en la edad en la que se supone que deberían estar gozando de los frutos de su esfuerzo de décadas, reciben en casa a un nieto que no trabaja ni estudia, otro de los llamados jóvenes “nini” que, dependiendo del criterio que se use, suman entre 3,8 y 7 millones en México, según cifras publicadas en 2013 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
“Siento que de alguna manera las generaciones jóvenes están detenidas, no están intentando generar que cambie algo que es evidente que tiene que cambiar. Justo en ese momento en el que pasa la estafeta al otro y el otro no la quiere tomar, tienen un cierto temor a la vida, pero a través del cariño y de ver lo cotidiano empieza a cambiar”, dijo Arellano sobre los “ninis”.
AP