“Cuesta de enero” puede generar angustia y depresión, dice psicólogo

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El psicólogo de los Servicios Médicos Municipales, Manuel Toledo Martínez, observó que la llamada cuesta de enero puede generar angustia y depresión, entre otros padecimientos psicológicos.

Residentes fronterizos de Sonora recurren a las casas de empeño para aliviar la situación económica que les dejaron los gastos decembrinos, los cuales aumentaron por el encarecimiento del dólar frente al peso.

Esta situación, que se presenta todos los años y está relacionada con las compras excesivas, incluso puede llevar a que las personas tengan consecuencias que pueden derivar en padecimientos psicológicos, según el experto.

“En los papás pueden tener un fuerte impacto emocional las responsabilidades económicas del hogar, en especial después de las fiestas de fin de año y la compra de regalos, la cartera se queda desgastada. Se genera preocupación y estrés que afectan el estado anímico”, detalló.

Dijo que durante el primer mes del año se incrementan hasta un 30 por ciento las atenciones y consultas en los servicios de salud mental que presta dicha instancia, como resultado de la preocupación.

A su vez, el encargado de una de las casas de empeño de la localidad, Julián González, dijo que en la primera semana del año subió un 60 por ciento el número de operaciones, principalmente con dispositivos electrónicos, tabletas, laptops, joyas y televisiones de plasma.

Al momento de la entrevista, el establecimiento localizado en el primer cuadro comercial estaba lleno de personas, quienes trataban de obtener la mayor cantidad de dinero en efectivo por sus prendas.

En tanto, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local, Alvaro Gutiérrez Esquivel, comentó que la cuesta de enero se observa en ese sector, pues tras el aumento en las ventas “llegó un desplome al empezar el año. La gente no tiene dinero”.

Expuso que dicha situación tiene repercusiones directas en el ramo de los comerciantes, que ven sus ingresos reducidos, y de allí se transmite a los demás sectores de la economía regional.

“Los únicos negocios que están a todo lo que dan son las casas de empeño”, destacó. Se ha observado un incremento en el número de operaciones de pignoración, según indican los integrantes de ese rubro.

Mientras, en uno de los canales de televisión fronteriza Sonora-Arizona, llamó la atención del público una noticia sobre los gastos decembrinos, el estrés de enero y el juego de palabras que puede haber entre el español y el inglés.

El reportero le pregunta a un grupo de madres de familia sobre su carta por el Día de Reyes, a lo que una mujer contesta: “Mi principal preocupación es la card”, así que al pensar que ella no sabía mucho sobre el idioma, el entrevistador le aclara que “card” no es carta, sino que en inglés se dice “letter”.

Entonces la mujer identificada como Betty Reséndiz, le dice: “Yo lo sé, quiero decir que me preocupa mi credit card (tarjeta de crédito), porque me gasté más de 2 mil dólares en diciembre sin el permiso de mi marido”.

Residentes de la frontera de Sonora consideran que el aumento en la cotización del dólar frente al peso repercutió en mayor gasto, porque mucha gente realiza sus compras navideñas en los establecimientos comerciales de Yuma, Arizona.

El empresario casacambista de la localidad, Alejandro Félix Argil, mencionó que en las últimas semanas de 2014 la divisa tuvo un deslizamiento de 12.70 a más de 14.60 pesos en esta región, en tanto que el interbancario llegó alrededor de los 15.

Debido a que dicha alza significa un 18 por ciento más caro el billete verde, estimó que es demasiado, por lo que en dicho escenario los únicos que se benefician son los exportadores de productos a los Estados Unidos.

Al respecto, el residente de la localidad de oficio carpintero, Raúl Gámez, comentó que la gente gasta y seguirá gastando, aunque haya muchos anuncios y dichos de autoridades para que se cuide el gasto durante las fiestas.

“Más si tienes hijos, que ahora ya no son de carritos y muñecas, porque te piden aparatos, celulares, que cuestan 200 ó 300 dólares, y como ven que sus amigos y compañeros de escuela sus papás les compran, también quieren”, dijo.

Manifestó que saben que los comerciantes suben los precios, entre ellos de los alimentos de temporada, pero la gente seguirá comprando porque es la tradición y contra lo que hace toda la gente es difícil ponerse en contra.

NTX

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