Advierten sobre deterioro a la salud por altos niveles de ruido

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Los entornos acústicos saturados en los que el ruido supera los 55 decibeles, están enfermando a habitantes de la ciudad de México, alertó Jimena de Gortari Ludlow, académica del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana (UIA).

La profesora de la Licenciatura en Arquitectura explicó que la exposición diaria a contaminación sonora provoca daños a la salud, desde disminución hasta pérdida de capacidad auditiva y enfermedades cardiovasculares, que son consecuencia de vivir en un ambiente de estrés relacionado con ruido.

En un comunicado de esa casa de estudios, especificó que entre las principales fuentes de generación de entornos acústicos saturados están el tránsito terrestre y aéreo, obras viales, inmuebles en construcción, centros nocturnos como discotecas y bares, y hasta la detonación de fuegos artificiales.

Aunque los ruidos emanados de esas fuentes no producen una pérdida inmediata de la audición, su presencia constante genera entornos acústicos saturados, los cuales deben ser vistos como un problema de salud pública con costos económicos para el gobierno y la población.

Por ejemplo, dijo, una persona que perdió su capacidad auditiva por una exposición prolongada y sin protección al ruido, deberá desembolsar 30 mil pesos para comprar el aparato auditivo que requiera.

Un estudio reciente elaborado en España reveló que por cada decibel que supere el umbral máximo de 65 para el ruido nocturno establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay por lo menos seis por ciento de personas mayores de 65 años afectadas por problemas cardiovasculares, desde variaciones en la presión arterial hasta infartos.

Sin embargo, las consecuencias negativas de los entornos acústicos saturados no se limitan a enfermar a la gente, ya que también provocan detrimento en su calidad de vida al no habitar en un clima de bienestar, sino en un ambiente saturado por ruido, que si se escucha de noche les hace dormir mal.

Esto, “al día siguiente provoca que te sientas cansado y no rindas igual; o si estudias, tu capacidad de aprendizaje baja. Y si escuchas esos ruidos durante tu jornada laboral o escolar no puedes concentrarte, lo que interfiere con actividades que realices”, indicó.

Ante esa problemática, De Gortari Ludlow sugirió a quienes toman decisiones emprender políticas públicas que atiendan esa situación.

La primera de ellas podría ser concluir la elaboración del mapa de ruido, que lo modelará por medio del tránsito en la ciudad de México.

Una vez hecho público, lo ideal sería emprender acciones puntuales en zonas sensibles donde se hayan identificado entornos urbanos saturados, puntualizó.

NTX

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