Yarrington, el “gobernador amigo” del Cártel del Golfo

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El nuevo Siglo XXI le favoreció a Osiel Cárdenas Guillén cuando Tomás Yarrington Ruvalcaba, un viejo amigo del cártel de Matamoros, llegó al gobierno de Tamaulipas.

En 1993, durante su campaña política rumbo a la alcaldía de Matamoros, Yarrington recibió contribuciones de esa organización, y lo mismo ocurrió en 1998, cuando se lanzó como candidato a gobernador.

En esta última etapa, dos millones de dólares fueron entregados por los comandantes de la Policía Ministerial al brazo derecho del aspirante priista, el fallecido Jesús Vega Sánchez, en esa época líder estatal del Revolucionario Institucional.

Los detalles de las aportaciones a la campaña de Yarrington y los sobornos que recibió de parte de Osiel Cárdenas y posteriormente de Los Zetas, están en el ‘Documento del Caso Criminal No. B-12-435-S1 (Estados Unidos de América vs Tomás Yarrington Ruvalcaba y Fernando Alejandro Cano Martínez)’, radicado en la Corte de Sur de Texas División Brownsville, que se mantenía “sellado” desde el 2 de mayo de 2013 y fue liberado en días recientes.

Como alcalde de Matamoros, Tomás Yarrington –detenido ayer en Italia, acusado de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, entre otros– colaboró y protegió a una “organización criminal cuyos miembros estaban comprometidos con la ilegal importación y exportación de tráfico de drogas, lavado de dinero, fraude bancario y transacción de divisa”, precisa el documento del que Apro tiene copia.

Eran los tiempos en que el cártel de Matamoros sólo traficaba narcóticos hacia Estados Unidos. Aún no se dividía de su “brazo armado” y no se metían con la población.

En esos años Tamaulipas registraba cero secuestros y los homicidios dolosos promediaban alrededor de 350 anualmente.

La llegada del “gobernador amigo” abrió las puertas para que el antiguo cártel de Matamoros expandiera sus bases más allá de Reynosa y la Frontera Chica. Gracias a esa expansión, pronto se le conoció como cártel del Golfo (CDG).

Yarrington era más que amigo de la organización. Se convirtió en socio del CDG cuando, siendo gobernador, permitió a Osiel que escogiera a los comandantes de la Policía Ministerial en algunas plazas, para corresponder al “regalo” de maletas llenas de billetes verdes.

Gracias a su nuevo camarada en la gubernatura de Tamaulipas, Osiel Cárdenas se preparó para conquistar nuevas plazas y someter a pequeñas bandas que controlaban importantes ciudades como Nuevo Laredo, entonces dominada por “Los Chachos” y “Los Texas”.

Con ese objetivo ordenó a su nuevo jefe de escoltas, Arturo Guzmán Decena, que su equipo de 14 zetas reclutara a nuevos miembros y se transformara en el “brazo armado”, utilizado para hacerse de nuevos reinos más allá de “Nueva Santander”.

Planeó conquistar primero todo Tamaulipas, luego el noreste y otras estratégicas ciudades del sur de la República, entre ellas Cancún, Quintana Roo, ya que Osiel tenía especial interés en ese paraíso turístico al que viajaba continuamente para descansar.

El enlace del CDG y Los Zetas con Yarrington era el empresario Antonio Peña Argüelles y su hermano mayor, Adolfo, ambos de Nuevo Laredo. Otro empresario de Matamoros que también tenía uno de esos apellidos fungía como conexión. A través de sus empresas entregaron los sobornos a prestanombres del gobernador, que en promedio sumaron un millón de dólares mensuales.

“Antonio Peña Argüelles comenzó a trabajar con Tomás Yarrington desde aproximadamente el año 2000 o 2001, lavando el dinero proveniente de la droga que recibía Yarrington del cártel del Golfo”, destaca el documento de la Corte de Texas. El empresario de Nuevo Laredo, agrega, manejaba otros activos en Estados Unidos y México.

Los contactos de Peña Argüelles con altos miembros del cártel del Golfo eran: Guadalupe Eugenio Rivera Mata, El Gordo Mata, y Juan José Muñiz Salinas, Bimbo. Ambos eran los encargados de entregar a policías, alcaldes y al gobernador de Tamaulipas los sobornos que pagaba Osiel Cárdenas Guillén.

En 2005, Peña Argüelles abrió una cuenta en el banco Banamex USA de Citigroup. Los documentos que presentó para abrirla señalan que el dinero provenía de una pequeña empresa de cría de ganado y ciervos de cola blanca, criados en su rancho.

Una semana después, Peña Argüelles transfirió siete millones de dólares desde una cuenta de Nuevo Laredo. A partir de ese momento comenzó a manejar grandes sumas de dólares a través de un “Fondo de Inversión”. En total movió 59.4 millones de dólares, según un informe de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), que amonestó a Banamex USA en 2013 por no cumplir con las normas de prevención de lavado de dinero.

Los documentos de la Corte exponen que Peña Argüelles utilizaba el Falcon Bank y el International Bank of Commerce de Texas; HSBC y Banamex en Nuevo Laredo, y el Commerce Bank en California, donde se lavaban alrededor de 10 millones de dólares.

Al final de su sexenio, Tomás Yarrigton intentó convertirse en el candidato de PRI a la Presidencia de la República. Fue apoyado por un bloque de gobernadores. Tras su fracaso, entró de lleno al mundo del narcotráfico.

“Para finales de 2007 y hasta 2009, Tomás Yarrington Ruvalcaba se involucró más directamente con el tráfico de múltiples toneladas de cocaína. Tomás Yarrington Ruvalcaba acordó con los representantes del cártel del Golfo y de los Beltrán Leyva organizar el acceso sin trabas para grandes cargas de cocaína hacia el puerto de Veracruz, México, a cambio de un porcentaje de cada carga”, precisan las acusaciones contra el exgobernador presentadas en la Corte de Brownsville.

Un año después del asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, Los Zetas descubrieron que Peña Argüelles no le había entregado a éste los respectivos sobornos, y le exigieron que regresara el dinero o “no habría lugar en este mundo donde pudiera esconderse”.

Su hermano mayor, Alfonso, ya había sido torturado y asesinado. Su cadáver apareció el 29 de noviembre de 2011 en el monumento a Cristóbal Colón de Nuevo Laredo, un sitio preferido por Los Zetas para dejar los restos de los personajes que ejecutaban. Al lado del cuerpo fue colocado un narcomensaje donde se le acusaba de haber robado 4.5 millones de dólares y de “no cumplir con sus obligaciones”.

Esa misma mañana, Antonio Peña Argüelles recibió un mensaje en su BlackBerry de parte de Miguel Ángel Treviño Morales, Z40:

“Mire Sr. Toño, no le estamos pidiendo por un secuestro, es por el dinero que usted pidió, que era para políticos, y fueron puras mentiras. Así que es mejor que pague lo que debe. Sabemos cómo está la situación. Muy bien, no pague, como sea a ver dónde se esconde porque usted bien sabe que no va a tener dónde esconderse, ni usted, ni Ponchito ni Tony. Todos están metidos, así que quédese el dinero y en su próxima vida sepa bien a quién le roba. Además, su hermano anda diciendo aquí que usted y Tomás Yarrington, junto con Costilla mataron al candidato a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú, porque estaba afectando al negocio de la construcción y estaba protegido. De todas maneras, lo mataron por nada, su hermano se quedó y usted no logró nada. Y recuerde que mientras la persona esté viva en cualquier momento lo van a matar. No habrá un lugar seguro para usted Sr. Toño, así que buena suerte.

“No sea pendejo y ponga atención a quién le anda robando de y sobre el candidato, fue por los negocios que usted tiene con Costilla, Tomas y Osiel Cárdenas. Su hermano también me dijo de los prestanombres que tiene con las propiedades suyas y de Osiel y sabemos que están en Laredo, Texas y San Antonio.”

Tras recibir esa amenaza, Peña Argüelles viajó a San Antonio, Texas, y se entregó a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

A partir de 2012, Tomás Yarrington empezó a esconderse porque las autoridades de Texas ya habían emitido una orden para su captura.

Proceso

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