La patrulla fronteriza arrestó y entregó para proceso de deportación a los padres mexicanos indocumentados de cuatro estadunidenses de entre 12 y 19 años de edad, quienes quedaron desamparados en National City.
De acuerdo con versiones de los adolescentes, su papá, Francisco Duarte, de Yoreme, Sonora, salió como todos los días a comprar un periódico a menos de 20 pasos de su casa cuando un grupo de patrulleros fronterizos encubiertos lo arrestaron.
La esposa de Duarte, Rosenda Pérez, de Veracruz, salió a averiguar qué sucedía y también fue arrestada.
Araceli Duarte, de 12 años, señaló que detrás de su mamá salieron ella y su hermana gemela Arely, y se encontraron con que los agentes tenían a su madre esposada sentada en el piso.
Llamaron a su hermano mayor, Francisco, de 19 años, pero los patrulleros le impidieron acercarse a su papٔá ya dentro de un vehículo o a su madre, a quien condujeron a otro auto.
“Es increíble cómo los agentes de migración pueden cambiar nuestras vidas en un momento”, dijo Araceli, “mis papás estaban con nosotros y un momento después ya no había nadie que se hiciera cargo de mis hermanos y de mí”.
Francisco, y Luis de 17 años, reprocharon que su país, Estados Unidos, les deje sin padres.
El matrimonio ha vivido en National City desde hace unos 20 años. Ambos se conocieron cuando vendían paletas de hielo en carritos por las calles de la ciudad. Con el tiempo Francisco padre abrió un negocio de venta de paletas al mayoreo. Con ese negocio han mantenido a su familia.
Mark Lane, asistente de abogado, y quien de inmediato comenzó a ayudar a los jovenes cuestionó que la patrulla haya desplegado un notorio operativo con varios vehículos y numerosos oficiales encubiertos para ir a detener a un matrimonio de 48 y 51 años de edad, sin antecedentes penales, quienes destacan como buenos padres, con hijos con buenas calificaciones y trofeos.
“Dirán lo que quieran, pero todo cuanto habían fallado fue en no tener todavía documentos y esperar una reforma migratoria”, dijo Lane.
Consideró que “estos arrestos son parte de una política de miedo a la comunidad inmigrante, de una política racista”.
La patrulla entregó rápidamente a los dos detenidos a la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que los pasó del cuartel de la patrulla al centro de detenciones de migrantes en Otay, donde permanecían hasta anoche a la espera de que una corte de migración revise su caso.
Francisco Duarte es de Sonora y su esposa Rosenda Pérez llegó de Veracruz. Los cuatro hijos nacieron en San Diego y en National City.
Luego de los arrestos, el distrito escolar en National City exigió que las autoridades de migración suspendan toda redada y detención de padres de sus estudiantes.
Mark Lane ayudó a los cuatro menores a abrir una recaudación de fondos de ayuda en internet. Los hijos ahora tienen que cubrir los gastos de alquiler, alimentos, electricidad, agua, transporte, de los de abogados y posiblemente fianzas.
Un primo de los menores, Manuel Adolfo Duarte Ortega, abogado mexicano se encuentra ahora en California para ver qué puede hacer por la familia.
“Realmente estoy consternado con la situación de miles de personas de este país, porque dónde quedan los discursos sobre los derechos humanos, que hablan de la igualdad; estas son personas que llevan más de 20 años de vivir en este país, que han contribuido a la comunidad, que han tenido una vida firme, recta, lo que se refleja en sus hijos con excelentes calificaciones, trofeos”, dijo el abogado.
Por lo pronto, la abuela paterna de los menores planea viajar a California para apoyar a sus nietos por un tiempo.
El caso de la familia Duarte Pérez está lejos de ser aislado. De acuerdo con un reporte que divulgó esta semana la organización Human Rights Watch, cada año son deportados de California unos diez mil padres indocumentados con hijos estadunidenses.
La mayoría de los padres deportados son de nacionalidad mexicana y la mayoría de los hijos tienen edades en las que todavía dependen de sus padres.
De acuerdo con el reporte “Todavía te necesito”, miles de menores estadunidenses quedan en desamparo por la política migratoria estadunidense.
NTX
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