Impuesto al refresco y alimentos “chatarra” ha disminuido su consumo

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El impuesto al refresco y los alimentos “chatarra” ha tenido un impacto significativo en la reducción de su consumo, señaló el comisionado nacional de la Coordinación de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, de la Secretaría de Salud, Guillermo Ruiz Palacios y Santos.
Los resultados del impacto en el comportamiento del síndrome metabólico y la obesidad se reflejarán en mediano y largo plazos, “no antes de cinco años se verá el efecto de disminución de peso en la población”, indicó.

En conferencia de prensa luego de inaugurar el Foro Franco-Mexicano de Salud Pública e Innovación Médica, consideró que en el segundo semestre de este año se darán a conocer las conclusiones del estudio que muestra el efecto del gravamen que se aplica desde 2013 a las bebidas azucaradas y alimentos sin valor nutricional.

Detalló que desde la aplicación de ese impuesto, el Instituto Nacional de Salud, la Universidad de Carolina del Norte y distintas fundaciones iniciaron un estudio para conocer a corto plazo el impacto de esta medida.

“Se ha hecho un corte recientemente donde se observa que hay ya un impacto significativo en la reducción del consumo de estas bebidas azucaradas, pero no sólo ha tenido impacto en la disminución de bebidas azucaradas, sino también un impacto en el incremento en el consumo de agua embotellada, ha tenido un doble impacto”, destacó.

Rechazó ofrecer cifras del resultado, debido a que se pretende hacer público el estudio en el segundo semestre de este año, por lo cual “las cifras son confidenciales todavía”.

Ruiz Palacios y Santos mencionó que el Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Comisión Nacional Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud elaboran el proyecto para evaluar el impacto de este impuesto en la salud de los mexicanos en el mediano y largo plazos.

Agregó que la población escolar es una de las más afectadas por el sobrepeso y la obesidad y en una primera etapa del estudio se enfocará en ese grupo, pero consideró que habrán de pasar al menos cinco años para observar resultados.

Por separado, algunas organizaciones como la Alianza por la Salud Alimentaria han hablado de una reducción de 10 por ciento en el consumo de refrescos y un incremento de 13 por ciento en el de agua natural embotellada.

NTX

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