“El Chayo” Moreno obligaba a cometer canibalismo
El fallecido capo mexicano Nazario “el Chayo” Moreno, líder del cártel de Los Caballeros Templarios, obligaba a potenciales miembros de la organización a cometer actos de canibalismo, dijo el martes un funcionario del Gobierno federal citando testimonios.
Moreno, también conocido como “El más loco”, fundó el cartel La Familia Michoacana -con tintes religiosos- que posteriormente se convirtió en Los Caballeros Templarios, un grupo más sanguinario que ha sembrado terror en el convulsionado estado occidental de Michoacán y que diversificó sus operaciones delictivas a extorsión, tráfico de metales y secuestros.
El narcotraficante fue abatido en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad en marzo del 2014, aunque el Gobierno anterior lo había dado por muerto en 2010.
“Parte de todo un proceso de iniciación tenía que ver desde descuartizar (…) y a veces preparar propiamente el corazón”, dijo el comisionado para la seguridad de Michoacán, Alfredo Castillo, en una entrevista de televisión.
Durante gran parte del año pasado, Michoacán fue escenario de cruentos enfrentamientos entre grupos antagónicos dedicados al tráfico de droga y otros delitos, así como por la intervención de grupos de autodefensas que tomaron las armas en contra de los cárteles.
Un tiroteo a mediados de diciembre entre dos grupos rivales de autodefensas dejó 11 muertos, lo que reavivó temores de que el Gobierno está fracasando en su tarea de dar seguridad a la población.
Los nuevos enfrentamientos surgen mientras el presidente Enrique Peña Nieto enfrenta la más profunda crisis en el tema de seguridad desde que asumió el cargo, tras la presunta masacre de 43 estudiantes de magisterio a manos de policías coludidos con narcotraficantes en el sureño estado de Guerrero.
Peña discutiría el tema de la violencia crónica de México con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuando se reúnan el martes en Washington.
A pesar del constante reforzamiento en la seguridad, la cifra de asesinatos sigue creciendo en Michoacán. Tras alcanzar 902 en 2013, ese número de muertos se habría superado en 2014.
Reuters