Una corte estadunidense en Florida declaró hoy al exteniente chileno Pedro Pablo Barrientos Núñez, responsable de la muerte del cantante Víctor Jara en 1973, unos días después del golpe de Estado en Chile del general Augusto Pinochet.
El dictamen, emitido por un jurado, dijo que la viuda e hijas de Jara, quien sufrió tortura, recibirán una compensación económica de 28 millones de dólares por daños y perjuicios.
El fallo, considerado una victoria para la lucha de los derechos humanos en América Latina, sigue a un juicio civil de dos semanas en una Corte Federal estadunidense en la ciudad de Orlando.
La demanda fue interpuesta en septiembre de 2013 a nombre de la viuda e hijos de Jara por la organización Center for Justice and Accountability (CJA), especializada en llevar ante la justicia a criminales de guerra.
Los demandantes argumentaron que Barrientos Núñez, de 67 años y residente en Deltona, Florida, disparó y asesinó a Jara después de torturarlo tres días mientras estaba detenido junto a miles de seguidores del derrocado presidente Salvador Allende, en el Estadio Chile.
Barrientos, que huyó de Chile en 1989 y se convirtió en ciudadano de Estados Unidos, fue uno de los nueve oficiales retirados del ejército chileno acusados de asesinato en su tierra natal hace cuatro años.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha respondido a una solicitud del gobierno de Chile para la extradición del exoficial del ejército chileno.
Kathy Roberts, directora del área legal de la CJA, consideró que el fallo eleva la presión para que el Departamento de Justicia proceda a la extradición de Barrientos Núñez.
“Es un paso en el camino hacia la justicia para nuestros clientes y para Víctor, y también para muchas otras familias que perdieron a alguien en el estadio de Chile hace muchos años”, dijo tras conocer el veredicto.
“Presentamos evidencia que comenzó a arrojar luz sobre lo que ocurrió allí, y esperamos que el proceso continuará en Chile”, indicó.
La viuda del cantante, Joan Jara Turner, de 88 años, declaró durante el juicio que la muerte de su esposo en un vestidor del estadio había “cortado mi vida en dos”.
La mujer relató el horror que sintió al identificar el cuerpo de su esposo, torturado y mutilado en un depósito de cadáveres después de que él fuera tirado en las afueras del estadio con 44 heridas de bala.
NTX
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