Contrabando de semen palestino en las cárceles israelíes
El año 2014 se cerrará con un fenómeno cada vez más frecuente en las cárceles israelíes: el contrabando de semen que convierte en padres a presos palestinos que cumplen cadena perpetua o largas condenas. En los últimos 12 meses, se cree que cerca de 100 muestras han conseguido traspasar las rejas de las prisiones y llegar a centros palestinos para completar un rápido proceso de inseminación.
Y no es sólo una accidentada y clandestina forma de aumentar la familia. Para los presos y los suyos, es una forma más “de continuar la resistencia y lucha contra Israel”.
En 2012, Amar Ziben fue uno de los pioneros. O al menos de los primeros en hacerse público. Condenado a 32 años por su relación con el atentado en el principal mercado de Jerusalén (17 civiles muertos) en 1997, y sin permiso israelí para el contacto íntimo con su esposa de Nablús, entendió que la única forma de tener el primer hijo varón era enviar el esperma clandestinamente. “El sueño se hizo realidad”, señaló meses después a este periodista la esposa Dallal, denunciando el veto de la cárcel al contacto íntimo entre los reos palestinos y sus mujeres.
Desde el Servicio Penitenciario israelí afirman que conocen el fenómeno de contrabando de semen y se limitan a aclarar: “Los presos comunes tienen normalmente derecho a la relaciones sexuales con sus esposas, pero no los terroristas que cumplen condena por asesinar a muchos civiles israelíes”.
El proceso despierta muchos interrogantes. ¿Cómo se traslada el ‘producto’ al exterior sin que los guardias o numerosas cámaras se den cuenta? ¿Cómo llega al destinatario sin que tenga ‘problemas’ en el camino? ¿Cómo se sabe que el esperma recibido es de su marido? La primera pregunta seguirá abierta porque nadie tiene intención de revelar el secreto en público. Lo que es un hecho es que la imaginación y necesidad de unos y la falta de atención momentánea de otros lo hace posible. Lo que se sabe con seguridad es que una vez sale de la cárcel, el semen no tarda en llegar al centro de fertilización palestino. Respecto a la tercera pregunta, la familia no tiene duda alguna sobre el origen del esperma. Y si la tuviera, la situación es tan dramática que no tarda en disiparse.
La mayoría de los casos se registran en Cisjordania. Al Hassan hizo historia hace cuatro meses al convertirse en el primer “bebé del contrabando de esperma” en la Franja de Gaza. El preso, un miembro de la Yihad Islámica, fue detenido en 2006 en una incursión militar israelí en Beit Janun, en el norte del territorio controlado desde 2007 por el movimiento islamista Hamas. El 10 de enero de 2014, el reo yihadista que no tiene permiso para ver a su esposa se convirtió en padre en la distancia. Si no es liberado antes en algún tipo de acuerdo o canje entre israelíes y palestinos, volverá a Gaza en 2018.
La inseminación gracias al contrabando de esperma ha recibido también la ‘luz verde’ de jerarcas islamistas. Los presos que cumplen cadenas largas o perpetuas son los más interesados en una práctica cada vez menos secreta.
El Mundo