China, el “gran exportador” de instrumentos de tortura

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Un creciente número de empresas chinas está exportando instrumentos de tortura como picanas eléctricas y barras de metal con púas, de acuerdo con un informe de Amnistía Internacional (AI).

Según la organización de defensa de los derechos humanos, son más de 130 las empresas involucradas en estos envíos.

AI afirma que los instrumentos de tortura se están utilizando en África y Asia.

Algunos son, según el informe, “intrínsecamente crueles”.

“Aunque parte de lo exportado sin duda se usa en operaciones policiales legítimas, China también ha exportado equipo que produce efectos inhumanos o representa un riesgo sustancial de violaciones de los derechos humanos por parte de las agencias de seguridad de los países”, dice el reporte.

El año pasado, el alto tribunal chino prohibió la tortura, pero activistas aseguran que sigue habiendo abusos de este tipo contra prisioneros.

El gobierno de Pekín no ha respondido al informe de AI.

Lea aquí el informe completo de Amnistía Internacional (en PDF)

De picanas a cintas de sujeción

Amnistía dice que China es el único país del que hay certeza que fabrica barras con púas, las cuales -agrega- están “específicamente diseñadas como instrumentos de tortura”.

Siete compañías chinas han promovido estos objetos, según AI, mientras que 29 empresas han vendido picanas eléctricas.

“Estos dispositivos permiten a los agentes de seguridad aplicar múltiples choques eléctricos, extremadamente dolorosos, en áreas sensibles del cuerpo como los genitales, el cuello, la ingle o las orejas, sin dejar marcas permanentes”, dice el grupo.

Muchas otras empresas han promocionando “dispositivos de sujeción abusivos”, incluidas esposas con peso para las piernas y sillas con cintas de sujeción.

Según el reporte, las ventas tienen como destino naciones como Senegal, Egipto, Ghana, Camboya y Nepal.

Una compañía que vende esposas para dedos, sillas con cintas, picanas eléctricas y barras de metal tiene, según AI, vínculos con más de 40 países africanos.

Hace diez años, recuerda AI, sólo 28 empresas chinas operaban en este mercado.

“El fallido sistema de exportaciones de China ha permitido que prospere el comercio vinculado con la tortura y la represión”, dice Patrick Wilcken, investigador de Amnistía en temas de comercio vinculados a la seguridad y los derechos humanos.

China tiene que “reformar en forma fundamental sus regulaciones comerciales para poner fin a la irresponsable transferencia de equipamiento policial a agencias que muy probablemente lo usen para violar los derechos humanos”, añade.

No sólo China

Sin embargo, el informe, que fue compilado en conjunto con la Omega Research Foundation (una organización no gubernamental británica dedicada a investigar la comercialización de material utilizado por fuerzas de seguridad en el mundo), afirma que China no es el único Estado que debe revisar sus regulaciones.

“El comercio internacional de equipamiento para tareas policiales está relativamente libre de regulación en la mayoría de los estados”, señala, “especialmente en comparación a los controles de transferencia de la mayoría de armas y municiones militares convencionales”.

En 2006 entró en vigencia una ley de la Unión Europea que prohíbe el comercio de equipo que pueda utilizarse para torturar, pero Amnistía afirma que todavía deben resolverse algunas lagunas jurídicas.

Estados Unidos también regula las exportaciones, pero el reporte advierte que sus leyes también deben profundizarse.

BBC Mundo

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