El gran problema en México de emprender sólo por dinero
En México, un gran porcentaje de emprendedores comienza un caminar que no necesariamente satisface una significación interna. Y ése es el principal problema del emprendimiento en nuestro país.
Si este factor se cumpliera, los emprendedores se aferrarían como tiburones a su presa y podría asegurar que el nivel de abandono de proyectos de negocio bajaría. (“El 75% de las startups fracasan”, decía un titular del periódico El Financiero del 16 de enero de 2016.)
Y es que la mayoría siempre dirá que el problema es todo lo demás: no saber cómo empezar, no obtener apoyos, no conseguir recursos, cuando en los últimos 10 años (promedio general) somos el país número uno de Latinoamérica que más apoyo ha tenido. Año tras año crece el número de incubadoras, aceleradoras y recursos para los emprendedores en nuestro país, y no me refiero sólo a lo que el gobierno da mediante Inadem, sino a los medios para bajar capitales privados y a diversos mecanismos de fondeo.
En realidad, el tema es la poca conciencia que se tiene sobre lo que se emprende, lo que genera el problema mayor.
En la cotidianidad pareciera que a muchos les da igual poner un café que una veterinaria, un lavado de autos o una comercializadora. Y cegados por la ilusión de las ganancias (inexistentes al momento), lo primero que ven es el margen de utilidad del producto o del servicio que ofrecerán. Y poco enfocan las implicaciones de cada negocio, o si éste les dejará algo más a nivel emocional y personal.
Por eso es común verlos en búsquedas mediocres: buscando algún negocio donde crean que habrá dinero, planteándose hacer algo que algún conocido hizo y le salió bien económicamente, o buscando un negocio que seudogarantice la inversión inicial.
3 preguntas
- El centrarnos sólo en el factor dinero, ¿no es ver de manera muy pobre aquello que pensamos emprender?
- Si al principio no habrá dinero, ¿qué nos mantendrá al pie del cañón?
- ¿Qué es lo que más te mueve y qué es lo que quieres como fin último?
Reflexión
Si sólo emprendes por dinero, entonces siempre tendrás como pretexto perfecto el reconocer otra con la que ganarás más y dejarás la anterior. Si sólo emprendes por dinero, poco importará aquello que hagas, y así de fácil lo abandonarás cuando se ponga tantito difícil.
Porque lo verdadero no puede ocultarse. No querías emprender, querías aquello con lo que en el fondo sueñas.
Es fácil, pues, que abandonen, porque no son fieles a sus proyectos; le son fieles a sus ideas de éxito, al dinero, resultado que creen obtendrán del negocio. Son fieles a la idea de tener un auto último modelo. Fieles al reconocimiento público o alguna otra forma de poder que habita en sus mentes, engañándolos un poco.
Pregúntate: ¿quieres emprender o quieres dinero? Y haz el ejercicio de preguntarte:
Si no hubiera dinero en lo que hago, ¿lo haría de todas maneras?
En el siguiente artículo te hablaré del emprendimiento significativo. ¿Qué es y para qué sirve? La importancia de encontrar tu emprendimiento ideal.
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