11 HOSPITALIZADOS POR USAR ‘TAMPODKA’

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El uso del tampodka llegó a México con irreversibles consecuencias para los jóvenes: los primeros 11 casos registrados en el Distrito Federal ya fueron tratados médica y psicológicamente.

Las especulaciones sobre esta práctica, también llamada slimming, que consiste en introducir un tampón remojado en alcohol (vodka con más frecuencia) en el recto, en el caso de los hombres, y en la vagina, en las mujeres, iniciaron en 2013; sin embargo, aún no se tenía conocimiento de casos reales hasta que las afectaciones llevaron a un hospital a esos jóvenes.

En el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) fueron tratados cuatro varones menores de edad que lo hicieron, uno de ellos también practicó eyeballying, que consiste en bañar los ojos con alcohol utilizando un caballito o recipiente para shots.

El año pasado, en la Clínica de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza, de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, fueron recibidas tres mujeres y tres hombres, quienes tras sufrir intensos dolores en la zona rectal declararon haberse introducido tampones con alcohol y cocaína al mismo tiempo; otro caso fue atendido en la Unidad Médica Toxicológica de Xochimilco.

Algunas de las consecuencias potencialmente mortales que puede traer esta práctica son la muerte celular en la zona lastimada, trombosis profunda, laceraciones, necrosis, y sepsis, complicaciones que comienzan a sentirse desde el primer momento, así como sangrado.

De acuerdo con Roberto García Salgado, subdirector de Salud y Medio Ambiente del Imjuve, una de las principales razones por las que realizan estas acciones es la necesidad de sentir nuevas experiencias, ya que no quedan satisfechos con el efecto del alcohol bebido.

El 53 por ciento de los jóvenes de secundaria y bachillerato que consumen bebidas alcohólicas lo hacen por curiosidad, según datos de la consulta juvenil 2012, realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Normalmente es una cuestión vinculante con una acción colectiva. Creo que los padres deben estar muy preocupados y ocupados de lo que está pasando con sus hijos. El consumo de alcohol con el eyeballying o tampodka no empieza así. Ya se han tenido experiencias anteriores con él (alcohol)”, señaló.

El también psicólogo subrayó que estos expedientes no son una generalidad, por lo que no puede catalogarse como un problema de salud, pero sí como una alerta de que el fenómeno está ocurriendo.

“No son la generalidad, pero son colectivos que cuando se sabe que lo están haciendo reclaman la atención de todos (…) Tengo el dato de cuatro casos que lo han practicado, e inclusive han dado cuenta de que cuando han llegado a la atención clínica ha sido por eso. Tampoco quiere decir que sean los únicos que lo hagan”, puntualizó.

De acuerdo con la última encuesta sobre consumo de drogas por estudiantes en el Distrito Federal, que realizó el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) en 2012, las delegaciones que están por arriba de la media (22.5 por ciento, que equivale a más de cinco copas en el último mes en una ocasión) con menores que abusan del alcohol, son Magdalena Contreras (24.3 por ciento), Álvaro Obregón (24.2), Cuajimalpa (23.7), Coyoacán (23.7) y Azcapotzalco (29.9), zona en la que habitaban los jóvenes tratados en el Imjuve.

García Salgado también señaló, sin revelar identidades, que estudiaban la secundaria y su nivel socioeconómico era medio-bajo, por lo que estaban más expuestos al consumo de sustancias tóxicas.

Las cantidades de alcohol que un tampón absorbe son menores a las de un coctel o copa que puede tomarse en cualquier bar, pero al ser colocado en zonas tan sensibles los efectos aumentan en menor tiempo.

“Anatómicamente, en el caso del alcohol en el ojo, debido las terminaciones nerviosas, la captación llega más rápido al cerebro y por supuesto no huele”, aseguró.

En tanto, el doctor Raúl Fernández Joffre, director de la Clínica de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza, detalló que “un tampón bien mojado puede ser medio caballito”.

El vodka es una bebida que llega a alcanzar hasta los 40 grados de alcohol, lo que intensifica los efectos en zonas delicadas.

“Como es una mucosa que está bastante vascularizada se va a absorber, pero esto la va a lesionar, a resecar el sistema nervioso de esa parte.

“Los jóvenes lo hacen creyendo que con esto van a brincar el alcoholímetro, pero provocarán que se reseque la mucosa, que haya una serie de alteraciones de la flexibilidad de la piel que estuvo en contacto con el algodón, puede haber sangrados porque habrá embriaguez, pero aparte lesiones importantes”, detalló el médico.

A diferencia de los casos anteriores, los tratados por Joffre correspondían a jóvenes de clase media-alta, que muy probablemente tuvieron contacto con la droga que añadieron.

Según la encuesta del IAPA, dos de cada 10 adolescentes han estado expuestos a drogas, y las delegaciones con mayor consumo son Coyoacán, Miguel Hidalgo e Iztapalapa.

Destaca la participación de las mujeres; sin embargo, el mismo sondeo concluye que el género femenino es el que inicia el consumo de la cocaína a más temprana edad (13.8 años), superando al masculino (14.4 años).

“Todos llegaron muy a tiempo porque hubo sangrado e hicimos un buen procedimiento de lavado. Vinieron directo aquí porque empezó a haber dolor en el recto; la mitad eran hombres y mujeres”, finalizó.

El tema superó las redes sociales tras ser identificada por el Congreso de la Unión como un problema serio.

Stephanie Ochoa/Reportaje

Milenio

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