Sexo: diferencias biológicas entre nosotras y ellos

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Puede que ni las mujeres sean de Venus ni los hombres de Marte, pero que el deseo de practicar sexo –a nivel biológico– en uno u otro momento del día no coincide, es un hecho científicamente probado: a ellos les gusta practicar sexo por las mañanas y a ellas por la noche.

¿A qué se debe esta falta de conexión sexual-temporal? Algunos factores psicosociológicos tratan de dar respuesta a través de factores individuales como el estrés, problemas laborales, cansancio, preocupaciones familiares, falta de interés o desgaste de la pasión en pareja… Pero, al margen de que –en general– cada uno lo hace cuando puede, el deseo de practicar sexo viene determinado por las hormonas.

Olvidándonos de cómo puedan influir los sentimientos o estado de ánimo, el deseo sexual no deja de depender de reacciones químico-biológicas y el hecho es que los niveles de testosterona masculinos y femeninos son más elevados en los extremos opuestos del día.

Hormonados a distintas horas del día

En el caso de los hombres –ya tengan o no un sueño mortal– a primera hora de la mañana su cuerpo pide a gritos sexo. Se trata de una especie de ganas inconscientes derivadas de la testosterona, cuyos niveles están a tope recién levantados.

Como explica la periodista Tanith Carey en el diario Mirror, incluso minutos antes de despertarse “sus niveles de testosterona están en su apogeo: entre un 25% y un 50% más altos que en cualquier otro momento del día”.

Gracias a esto muchas mujeres podemos dar una explicación biológica al acercamiento mañanero y esas ganas de empezar el día con una sonrisa en la cara (que, si no fuese porque es un impulso inconsciente, hay que admitir que como idea mala no es). Claro que ahora también sabemos que en un importante tanto por ciento no se debe a que estemos ahí nosotras en concreto –ilusas– sino más bien a que su cerebro se lo suplica casi a gritos.

El caso es que la glándula pituitaria del cerebro masculino se pasa la noche produciendo hormonas sexuales de manera constante. Vamos, que por pocas horas de sueño que se tengan, a la hora de despertarse los niveles han aumentado hasta alcanzar un punto de deseo sexual “complicado” de reprimir.

Por el contrario, en el caso de las mujeres la producción de testosterona –hormona principal deseo sexual presente en ambos sexos– se mantiene en equilibrio a lo largo del día en parte por los estrógenos y la progesterona que ayudan a regular los niveles, y es precisamente por la noche cuando alcanzan su punto más alto de testosterona. Acaba el día y aumenta el deseo de practicar sexo.

Cuándo, con quién y por qué

Hay más diferencias biológicas que hacen que a veces se complique encontrar el punto del día perfecto para el sexo. Mientras las mujeres van aumentando gradualmente los niveles de testosterona a lo largo del día, los hombres tienen picos y caídas constantes en la producción de la misma hormona. Es más, los niveles de testosterona masculinasuben y bajan a lo largo del día de forma natural –e inconsciente– cada hora y media.

Por otro lado, según una investigación de la Universidad Estatal de Wayne en Michigan, los momentos del día con mayores niveles de testosterona en los hombres tienen dos grandes ventajas: resultan más atractivos para las mujeres y las ven más atractivas a ellas. Triunfada.

Es decir, que a nivel hormonal, la clave está en coincidir. Bienaventurados los que pueden echar la siesta, porque es la confluencia de horarios perfecta.

Mujeres, hormonas y deseo

Hay que tener en cuenta que lo de mañana o noche no es lo más importante para ellas. Para las mujeresinfluye más el momento de su ciclo hormonal que la hora del día. Según se ha analizado, el mayor número de testosterona en cuerpo, se da justo cuando están en la mitad del ciclo, momento en el que “los niveles de testosterona de la mujer son 30 veces mayores”. Hormonas calendarizadas.

El deseo previo generado también influye en la apetencia sexual femenina. Como demostró un estudio con mujeres cuyas parejas vivían en otras ciudades, los niveles más altos de deseo sexual y producción de testosterona se daban justo el día antes de ver a sus respectivos.

Asimismo, además de que anticipar la situación incrementa los deseos sexuales, diversos estudios han demostrado que los niveles de testosterona en las mujeres aumentan ante estímulos corporales y sonoros.

De ahí a la importancia de crear un ambiente adecuado, con ayuda de música y contacto corporal, en los famosos –y placenteros– preliminares.

Ir al gimnasio aumenta las ganas de sexo

Por muy cansados que estemos a la salida del trabajo, quizás esta información haga que dejemos de regalar al gimnasio las cuotas mensuales (el que no haya picado con las anuales… “¡Vaya ahorro!” En serio, si no vas) y nos decidamos de una vez por todas a subirnos a la elíptica.

Parece ser que “una sesión de gimnasio después del trabajo puede aumentar la libido de ambos sexos”. Científicos de la Universidad de California en San Diego, descubrieron que la libido de hombres y mujeres aumenta después de hacer ejercicio. No sólo eso, el hecho de haber practicado ejercicio mejora su capacidad de tener orgasmos hasta en un 26% más.

Podríamos decir que el deporte ayuda en todo tipo de preliminares. Como demostró un estudio realizado en la Universidad de Texas demostró, “las mujeres que practican 20 minutos de ejercicio cardiovascular se excitan más al ver una película erótica que las mujeres que no habían hecho ejercicio”.

Hay ejercicios especialmente interesantes para las mujeres. Entre los más recomendables está el yoga que, como explican en este artículo, es uno de los deportes más completos para incrementar el deseo femenino.

Combina movimientos musculares que calientan el cuerpo y activan zonas sensibles como el suelo pélvico, además de desarrollarse en un entorno de relax acompañado de música y ejercicios que requieren contacto físico. Y para casa con la mitad de los preliminares hechos.

El Confidencial

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