Comando balea a brigadistas católicos en Oaxaca; hay dos heridos y una joven violada

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El martes pasado, un grupo de jóvenes católicos, que llevaban ayuda a comunidades de Oaxaca afectadas por los sismos, fueron interceptados en carretera por un grupo de hombres armados que dispararon contra ellos, los golpearon y les robaron los víveres, dejando un saldo de dos heridos, informó hoy la Arquidiócesis de México, en su portal de internet SIAME (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México).

Y detalla que los dos jóvenes heridos ya se encuentran hospitalizados. Uno de ellos debido a que “las balas le perforaron algunas arterias y comenzó a desangrarse”. Y el segundo “porque lo golpearon de una manera tan brutal que por poco le ocasionaban la muerte”.

También indica que fue violada una de las jóvenes de ese grupo de católicos, a los que, aparte de los víveres, robaron sus teléfonos celulares y alrededor de 40 mil pesos que traían consigo para realizar más compras en Oaxaca.

La nota informativa de SIAME –firmada por Vladimir Alcántara– indica que el grupo de voluntarios se dirigía a Juchitán y Tehuantepec. Pero no menciona los nombres de los dos jóvenes heridos ni tampoco precisa en qué punto carretero fueron interceptados por el comando.

Pero recoge la versión sobre el incidente de Carlos Arvizú, administrador de la asociación civil Papa Francisco Pro Felicitas, la cual llevó a cabo el acopio de víveres y envió a los jóvenes a Oaxaca para que allá los repartieran.

Arvizú dijo desconocer “si este acto tan atroz sea un asunto del crimen organizado o del propio gobierno”.

También indicó que “tuvimos que llamar a un grupo de empresarios que conocemos, quienes auxiliaron a los jóvenes y nos dijeron que se harían cargo de protegerlos”.

Y agregó:

“Estamos muy tristes, hemos llorado de impotencia, tanto por los jóvenes lesionados como por la joven violada; esperamos que ambos vivan; nos encontramos a la espera del reporte médico de estos jóvenes valientes”.

Por lo pronto –señaló Arvizú a SIAME–, su asociación católica ya interpuso una denuncia ante la Procuraduría de Justicia de Oaxaca.

Y también señaló que no es la primera vez que les ocurre un incidente parecido en su labor humanitaria de reparto de víveres, pues anteriormente ya los “han asaltado en el camino”. E incluso, a un grupo de jóvenes voluntarios provenientes de Guanajuato, elementos del Ejército intentaron quitarles su ayuda a Oaxaca.

Debido a tanta inseguridad y violencia –prosigue Arvizú— su fundación ya canceló ayuda humanitaria que iba a salir de Morelia, Michoacán, y de San Diego, California.

Añadió:

“Nuestra indignación es contra el gobierno federal, que no está protegiendo a las brigadas de ayuda. Ellos no están ayudando, no trabajan ni llevan víveres, ni el presidente de la República ni los gobernadores de los estados; se han limitado a llamar a la sociedad civil a que apoye”.

“Los voluntarios corren el riesgo de ser asesinados” –recalcó– simplemente porque el gobierno ya no garantiza ninguna seguridad.

Y concluyó:

“Está demostrado que después del terremoto el gobierno ya no es gobierno, es una anarquía total”.

Proceso

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